El filipino Manny Pacquiao mostró este domingo su enfado con el gobierno de su país por la polémica suscitada en torno a la fiscalidad de sus ingresos, asegurando el boxeador que este daño a su imagen le ha hecho perder millones de dólares en patrocinios.

Pacquiao, uno de los deportistas mejor pagados del mundo, aseguró que la acusación que se hizo contra él por negarse a declarar sus ingresos a la Oficina de Rentas Internas (BIR) roza el acoso.

“¿Por qué la BIR me eligió a mí? Huele a mala fe, encaminada a manchar mi reputación”, afirmó.

La BIR presentó en febrero una demanda penal contra el campeón del mundo, por no haber presentado los documentos adecuados especificando sus ganancias, unos cargos que hacen que Pacquiao se enfrente a una pena de hasta dos años de cárcel, en caso de resultar culpable.

“Voy a estar a la altura y a pelear este caso hasta la última ronda”, confirmó Pacquiao ante la presencia de sus abogados.

Pacquiao, considerado el mejor boxeador del mundo libra por libra y que también participa en política, declaró a finales de 2010 unos ingresos de 26,3 millones de dólares, lo que le convirtió en el miembro más rico del parlamento filipino.

Según la revista Forbes, Pacquiao gastó 7 millones de dólares en su campaña electoral en 2010, al mismo tiempo que ganaba 35 millones de dólares por sus dos combates contra Joshua Clottey y Miguel Cotto.