El gobernador del Estado venezolano de Monagas (este), José Gregorio Briceño, aceptó el viernes la expulsión de las filas del partido oficialista y cargó contra el gobierno de Hugo Chávez por la gestión de un derrame petrolero, acusándolo de haber puesto en peligro la salud pública.

“Me mantendré en una posición independiente (…) Yo no voy a ningún tribunal disciplinario, o sea, soy expulsado” del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), dijo Briceño, dos días después de que la formación decidiera suspenderle de sus filas por “faltas graves” de ética.

Briceño aseguró además estar siendo víctima de un “golpe de Estado” en su región, donde afirmó que ya no tiene “el control” de las fuerzas policiales, pero afirmó que “resistirá” al mando de la gobernación.

En una decisión respaldada por el presidente Chávez, la dirigencia del PSUV planteó a Briceño defenderse ante un tribunal disciplinario o aceptar la expulsión, después de que éste criticara al gobierno central y a la dirigencia del partido por el manejo del derrame petrolero ocurrido el 4 de febrero cuando un oleoducto se rompió en una planta de le estatal PDVSA en Maturín (Monagas).

El gobernador indicó el viernes haber sido sometido a “toda la presión” por parte de las autoridades estatales para que reanudara el suministro a 500.000 personas de agua potable procedente del río Guarapiche, afectado por el derrame, cuando ésta no estaba en condiciones.

Cuarenta y dos días después del incidente, los habitantes de la zona siguen sin agua potable, aunque Briceño anunció que en las próximas horas se reanudará el servicio en una “pequeña parte” de Maturín.

El gobernador lamentó además que el presidente Chávez no pidiera “castigar a los responsables” del derrame petrolero en el seno de PDVSA que contaminó el río y provocó daños medioambientales en la flora y fauna.

“En el momento de la tragedia, gerentes dieron órdenes para no parar la producción y continuó y llegó el derrame en el río Guarapiche (…) Como gobernador, yo estaba manejando todas las informaciones y sabía que era negligencia”, aseguró el gobernador.