El Senado argentino aprobó este miércoles por unanimidad la Declaración de Ushuaia, emitida en febrero pasado en esa ciudad sureña, en la que se reivindica el reclamo de Argentina de soberanía sobre las Islas Malvinas, en disputa con el Reino Unido.

El documento ratifica “la legítima e imprescriptible soberanía de la República Argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes”.

El proyecto de declaración fue confeccionado el 25 de febrero pasado por una comisión bicameral reunida en Ushuaia, 3.580 km al sur de Buenos Aires, la capital de la provincia de Tierra del Fuego, en el extremo austral y en cuya jurisdicción están las Malvinas, según la Constitución argentina.

El texto fue aprobado a poco de cumplirse el 2 de abril, cuando se cumplen 30 años del inicio de la guerra entre Argentina y el Reino Unido por la posesión de las islas, conflicto bélico que en 1982 dejó 649 argentinos y 255 británicos muertos.

En el marco de una escalada de tensión verbal entre Buenos Aires y Londres, el documento rechaza “la persistente actitud colonialista y militarista del Reino Unido” y reafirma “la vocación por el diálogo y la paz de Argentina” para resolver el conflicto.

La declaración lanza además una “advertencia ante la comunidad internacional y las Naciones Unidas de la militarización e introducción de armas nucleares por parte del Reino Unido” en la zona en disputa.

El texto manifiesta “el profundo agradecimiento” de Argentina a Chile, Uruguay y Brasil “por sus recientes manifestaciones reiterando el compromiso asumido de impedir el ingreso a sus puertos de barcos identificados con la bandera ilegal de las Islas Malvinas”.

En la sesión, el senador socialista Rubén Giustiniani destacó que “producto de la integración latinoamericana, la causa Malvinas hoy tiene un consenso internacional creciente”.

“La cuestión Malvinas es una cuestión permanente para este Congreso y para todas las fuerzas políticas de la Argentina”, advirtió el presidente de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado, el oficialista Daniel Filmus.

En el mismo sentido, Juan Carlos Marino, de la opositora Unión Cívica Radical (socialdemócrata), aseguró que “esto tiene que ser una política de Estado donde nadie puede sacar ventaja o trabajar separadamente”.