Un atentado suicida en el ultravigilado complejo que alberga la presidencia somalí, reivindicado por los islamistas shebab, dejó al menos cinco muertos este miércoles.

El atentado tuvo lugar en Mogadiscio, dentro del complejo Villa Somalia, que alberga la presidencia somalí, la residencia del presidente del parlamento, las oficinas del primer ministro y de otros miembros del actual gobierno de transición, informó a la AFP la policía.

Los islamistas shebab lo reivindicaron, afirmando que la bomba causó 16 muertos.

“Los muyaidines lanzaron una espectacular operación mártir en el palacio presidencial (…) al menos 16 personas murieron”, afirmó este movimiento vinculado a Al Qaida en su cuenta de Twitter.

Los islamistas sostuvieron que cometieron ese atentado durante una reunión oficial, asegurando que entre las víctimas había responsables del gobierno y soldados de las fuerzas regulares.

Un periodista de la AFP vio manchas de sangre y restos humanos en el lugar de los hechos.

“Dos heridos murieron, por lo cual el número de muertos se elevó a seis”, incluyendo al kamikaze, declaró a la AFP Muktar Abdi Yusud, quien tiene a su cargo la seguridad del palacio presidencial.

Según un portavoz policial, el atentado dejó 10 heridos más.

Para el vocero de las fuerzas de seguridad Mohamed Amin, el mandatario somalí, Sharif Sheij Ahmed, no se encontraba en el complejo en el momento del atentado, al igual que el presidente del Parlamento, Sharif Hasan Sheij Adan.

Los shebab combaten desde hace más de cuatro años al gobierno de transición, que no consigue imponer su autoridad a pesar del masivo apoyo internacional.

A mediados de febrero pasado, los participantes de la conferencia sobre Somalia celebrada en Londres adoptaron una serie de compromisos para “restablecer la seguridad y la estabilidad” en este país y neutralizar a “los piratas y los terroristas”.

No obstante, si bien abandonaron Mogadiscio en agosto pasado, los shebab aún controlan parte del centro y el sur de Somalia, un país que carece de gobierno efectivo tras más de 20 años de guerra civil.

A principios de febrero, las fuerzas de Etiopía conquistaron Baidoa, un bastión insurgente shebab del sur de Somalia, obligando a los rebeldes islamistas a abandonar posiciones.

Tropas de Kenia también combaten a los shebab.

Además, está desplegada la fuerza de la Unión Africana en Somalia (Amisom) integrada por unos 10.000 soldados, en su amplia mayoría originarios de Uganda y Burundi.

Los expertos consideran que los shebab, pese a estar teniendo dificultades, aún no han sido derrotados y podrían optar por concentrarse en acciones de guerrilla y atentados.

En octubre pasado, un kamikaze hizo estallar un camión cargado de explosivos y gasolina delante de un complejo ministerial, dejando al menos 82 muertos, después de haber forzado un retén de control.