La Unión Europea (UE), Estados Unidos y Japón interpusieron este martes una demanda conjunta ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) contra China por sus restricciones a la exportación de tierras raras, una serie de metales poco abundantes usados para productos de alta tecnología, informaron fuentes oficiales.

“Hemos recibido la demanda conjunta sobre el asunto de las tierras raras, presentada por Estados Unidos, la Unión Europea y Japón”, confirmó a la AFP un portavoz del guardián del comercio mundial.

Poco antes, la Comisión Europea había anunciado que “junto a Estados Unidos y Japón” la Unión Europea “ha llevado formalmente a la OMC” su diferendo con China.

“China limita cada vez más sus exportaciones (de estos productos), lo que provoca enormes distorsiones e interrupciones que afectan la cadena de aprovisionamiento de esos materiales en el mercado mundial”, dijo de su lado el representante de Comercio estadounidense, Ron Kirk, en un comunicado.

“Como China es un gran productor global de estos elementos clave, sus políticas dañinas aumentan artificialmente los precios de estos elementos fuera de China al tiempo que los bajan dentro” del país, añadió Kirk.

“Las restricciones de China sobre las tierras raras y sobre otros productos violan las normas internacionales de comercio, y deben ser suprimidas”, dijo por su parte el comisario de Comercio de la UE, Karel De Gucht.

Esta nueva acción sigue a un contencioso de la UE con China sobre la exportación de materias primas que concluyó a favor de los europeos.

Según el representante comercial estadounidense, las restricciones chinas se evidencian de diversas formas: aranceles a la exportación, cuotas de exportación, precios de exportación requeridos por norma, y otros procedimientos y requerimientos que perturban las ventas.

De acuerdo con Kirk, esta política incluso impulsa a fabricantes de productos que utilizan estos metales a desplazar sus plantas a China.

China es el primer productor mundial de tierras raras, una serie de 17 metales indispensables en la fabricación de productos de alta tecnología que van desde los misiles a los teléfonos móviles, pasando por vehículos eléctricos y equipos eólicos.

El afán de Pekín de controlar las exportaciones de tierras raras ha suscitado una oleada generalizada de protestas ya que el 97% de la producción de estos metales procede de China, que dispone de un tercio de las reservas mundiales de estos materiales y donde la extracción ocasiona enormes daños al medio ambiente y a la población.

No es la primera vez que la OMC tiene que fallar en un contencioso sobre tierras raras con el gigante asiático, segunda economía mundial.

El pasado verano (boreal) la organización con sede en Ginebra ya condenó a China por una demanda presentada en 2009 por la UE, Estados Unidos y México contra las restricciones que impuso a las exportaciones de nueve materias primas esenciales para la industria europea.

Pese a este precedente, “China no ha hecho ningún esfuerzo por suprimir esas restricciones a la exportación. Esto no nos deja otra elección (…)” que entablar un nuevo proceso, dijo De Gucht.

Antes de la presentación oficial de la demanda, el Ministerio chino de Relaciones Exteriores arguyó que las cuotas impuestas por China a sus exportaciones de tierras raras son “conformes a las reglas de la OMC”.

Las cuotas son “para proteger el medio ambiente y permitir un desarrollo duradero”, dijo el portavoz del ministerio, Liu Weimin.