Los religiosos estados de Alabama y Misisipi iniciaron este martes unas reñidas primarias republicanas en las que el conservador Newt Gingrich lucha por mantenerse en carrera y el moderado Mitt Romney busca consolidarse como favorito único para disputar la presidencia con Barack Obama.

La diferencia entre Romney y Gingrich se redujo en Misisipi a no más de dos puntos de ventaja a favor del expresidente de la Cámara de Representantes, 33 contra 31%, según un sondeo de Public Policy Polling divulgado el lunes en el que el que Rick Santorum figura con 27% y ron Paul con 7%.

El escenario en Alabama es aún más reñido, con una diferencia de un punto, de acuerdo a tres firmas encuestadoras.

“Yo creo que vamos a ganar en los dos (estados)”, dijo Gingrich a los medios confiado en que sus dos únicas victorias hasta ahora en el sur del país, Carolina del Sur y Georgia, le dan peso para vencer en un terreno conservador.

Este martes están en juego 50 delegados en Alabama, 40 en Misisipi, además Hawai y Samoa estadounidense, donde se celebrarán caucus (asambleas de partido) que aportan 20 y 9 delegados, respectivamente.

Un candidato necesita 1.144 delegados necesarios para obtener la investidura del partido.

Hasta ahora el multimillonario ex gobernador de Massachusetts, Romney ha ganado en 17 de los 26 estados donde se han realizado primarias desde enero, Satorum, un ferviente católico, triunfó en siete, Gingrich en dos y el ex congresista por Texas Ron Paul no se ha anotado ninguna victoria.

“Necesito aún más delegados, por lo tanto si ustedes son capaces de hacer eso por mí bien podríamos llegar a la meta a un ritmo muy rápido”, dijo Romney en un mitin en Mobile, en el sur de Alabama el lunes cuando cumplió 65 años.

De su parte Santorum volvió a enfatizar que es el candidato más conservador de la contienda republicana y junto a Gingrich criticaron las políticas energéticas del gobierno de Barack Obama.

“Soy el único que no se ha rendido ni hará nunca reverencia a la ortodoxia liberal” del calentamiento climático, dijo en un evento sobre energía en Misisipi donde prometió anular todas las regulaciones de protección ambiental que han asumido “radicales ambientalistas” del gobierno del demócrata Barack Obama.

Misisipi y Alabama son los estados más pobres del país y por lo tanto los candidatos se centraron en prometer recuperación económica y en criticar a Obama, que buscará la reelección el 6 de noviembre frente al vencedor de esta primaria republicana.

“Si soy presidente vamos a cortar los gastos federales, vamos a limitar los gastos federales y finalmente vamos a tener un presupuesto balanceado”, dijo el fin de semana Romney en un mitin con cientos de personas en Tarrant, al norte de Birmingham.

En esta región del sur estadounidense el cristianismo evangélico está muy arraigado a la sociedad y por ello los analistas tienen grandes dudas de que Romney, de confesión mormona y el menos conservador de los contendientes, sea capaz de vencer en cualquiera de los dos estados.

Los tres candidatos reforzaron sus campañas en el corazón del sur estadounidense tras el “Supermartes” de la semana pasada, recurriendo a estrategias tan populistas como realizar discursos en tonos campechanos, comer sus platos típicos y mostrar sus convicciones religiosas.

En cada estado van coquistando apoyo de autoridades, ex políticos locales y también apelan a artistas, como Gingrich que el lunes sumó al actor de acción Chuck Norris a sus filas, con un mensaje telefónico grabado.

“Esta elección es muy importante para equivocarse. Necesitamos un líder conservador audaz que saque al presidente Obama. Necesitamos a Newt Gingrich”, dice el actor.

Mientras Santorum contó con el apoyo en Alabama de Los Duggards, una pareja sumamente religiosa que protagoniza un reality show en la televisión local junto a sus 19 hijos.

“Estamos pidiéndole a la gente que está buscando un candidato conservador con valores familiares que apoye a Rick Santorum”, dijo el padre del clan Jim Bob Duggar que con 17 de sus hijos hizo proselitismo a las afueras de un supermercado.

Para el senador republicano Lindsey Graham, “matemáticamente, todo está prácticamente terminado”.

“Si a Romney le va bien, si gana en Misisipi o en Alabama y gana Illinois (el 20 de marzo), pienso que es virtualmente imposible que (las primarias) se extiendan más allá de mayo”, dijo Graham en el canal ABC el domingo.

Pero ni Rick Santorum, ni Newt Gingrich quieren bajarse de la contienda.