El encuentro entre Chacarita y Atlanta, por el campeonato de la segunda división del fútbol argentino, terminó el domingo con graves incidentes, con un saldo de diez detenidos, tres heridos leves y tres autos de la policía incendiados.

Los disturbios comenzaron inmediatamente después del final del partido, que concluyó igualado 1-1 y se disputó en la cancha de Chacarita, en un clásico de la categoría del ascenso.

Por razones de seguridad, el encuentro sólo podía ser observado por hinchas locales, ya que desde hace años en el ascenso está vedada la presencia de simpatizantes de los equipos visitantes, pero en cada encuentro siempre hay dirigentes y allegados de dichos clubes.

Apenas concluyó el partido, barras bravas (hinchas violentos) de Chacarita corrieron hasta el sector en el que estaban los dirigentes de Atlanta, a los que agredieron, y en esa refriega fue herido Marcelo santero, directivo del club visitante, que recibió un piedrazo en la cabeza.

Los disturbios continuaron con corridas fuera del estadio, cuando los hinchas de Chacarita chocaron con la policía, lo que derivó en disparos de balas de goma y en el incendio de un automóvil y dos ómnibus pertenecientes a la policía bonaerense.

Por los incidentes, el plantel y los dirigentes de Atlanta debieron permanecer dentro del vestuario hasta tres horas después del partido, cuando recién se calmaron los ánimos y pudieron abandonar la cancha.

“Hubo incidentes dentro y fuera del estadio. El operativo policial fue lamentable. Hay mucha gente lastimada con balas de goma, vehículos incendiados. La policía no entendió cuál era su trabajo”, dijo el presidente de Chacarita, Osvaldo Lobato, al canal de noticias local C5N.