Cerca de 2.000 personas marcharon este sábado a la sede de la ONU en Nueva York para marcar el aniversario de la fallida sublevación de Tibet contra al régimen chino.

La marcha, que denunció los abusos contra los tibetanos cometidos por el gobierno de China, comenzó en el puente de Brooklyn.

Lhamo Tso, esposa del detenido tibetano Dhondup Wangchen, un director de documentales, habló a la muchedumbre, responsabilizando al régimen chino por la ola de inmolaciones de tibetanos.

El sábado más temprano, el gobierno del Tíbet, exiliado en India, también culpó a la cruenta represión de los líderes de China de los casos de inmolación.

Al menos tres personas se han inmolado en los últimos días en una zona del Tíbet, en el suroeste de China, según grupos de defensa de los tibetanos, en momentos en que las autoridades refuerzan las medidas de seguridad en un período considerado sensible.

Numerosos tibetanos denuncian regularmente de esa forma la represión de su religión y de su cultura y lo que consideran un dominio creciente de los Han, etnia fuertemente mayoritaria en China.

Estos muertos se producen en torno a la apertura el lunes del Parlamento chino en Pekín, período en el que el poder teme ocurran protestas.

El Dalai Lama, jefe espiritual de los tibetanos, se exilió en marzo de 1959, atravesando a pie el Himalaya para llegar a India.