La situación política en Haití sigue siendo “frágil” y la falta de un primer ministro obstaculiza el avance económico y social del país, advirtió este viernes el jefe de la Misión de la ONU para la estabilización del país (Minustah), Mariano Fernández.

“Cada vez que Haití está sin un gobierno, sin un primer ministro y su gabinete, inmediatamente (…) la violencia y la sensación de falta de seguridad aumenta”, dijo Fernández durante un debate en el centro de análisis Diálogo Interamericano en Washington.

“Inmediatamente después de que se tenga ratificado un primer ministro, estos elementos reducen su intensidad, y esto es muy importante para avanzar en los retos más serios de Haití, relacionados con el empleo, la educación, vivienda, entre otros”, dijo el chileno Fernández.

La renuncia a fines de febrero del primer ministro, Garry Conille, con apenas cuatro meses en el cargo, remeció nuevamente al país más pobre del continente, que aún lucha por recuperarse del catastrófico sismo de 2010.

El presidente de Haití, Michel Martelly, designó como nuevo primer ministro a su canciller, Laurent Lamothe, que debe ser ratificado por el Parlamento, donde la oposición es mayoría.

“Si no podemos avanzar en la construcción del Estado de derecho y de las isntituciones, será muy difícil salir de este punto muerto”, señaló Fernández, quien ocupa el cargo desde hace ocho meses.

Tanto la situación política como de seguridad en el país son “estables pero frágiles”, subrayó. “Muchos elementos que conducen a un retraso en la recuperación y la reconstrucción están relacionados con la estabilidad política”, dijo.

Fernández descartó que el exdictador Jean Claude Duvalier y el expresidente Jean Bertrand Aristide, quienes regresaron a Haití en 2011 tras años de exilio, tengan “posiciones relevantes” dentro del escenario político actual.

“La situación política siempre ha sido un problema y continúa siéndolo, y es difícil encontrar una salida, lo cual es un problema porque lo retrasa todo”, estimó el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza.

Insulza dijo que la Minustah brinda estabilidad al sistema político. “No sé qué pasaría con las divisiones políticas si la Minustah se retira”, se preguntó.

Fernández dijo estar de acuerdo en reestructurar Minustah de acuerdo a las necesidades actuales, luego de superada la “emergencia” por el terremoto, pero afirmó que la fuerza de paz debe permanecer hasta “que cumpla su misión”.

El año pasado el Consejo de Seguridad de la ONU redujo la misión a alrededor de 10.000 efectivos, un nivel similar a la situación antes del sismo de enero de 2010, que devastó la capital Puerto Príncipe y dejó más de 200.000 muertos.