Pese a que para muchos penquistas el clima pareciera estar cada día más extraño, con días en que se mezclan el sol y fuertes chubascos -lo que incluso ha convertido el clima local en Trending Topic en Twitter- no hay razón para alarmarse, como lo explican dos docentes de la Universidad de Concepción.

Juan Inzunza, profesor del departamento de Geofísica (Dgeo), especialista en dinámica de la atmósfera, señala que “esto que encontramos extraño es algo natural. El clima es algo absoluto, total y completamente impredecible y que su comportamiento sea el que ha tenido estos días, que para nosotros es extraño, es natural”.

Agrega que si bien es habitual notar diferenciaciones entre las diversas estaciones, no hay que olvidar que durante el verano penquista la lluvia es habitual. Por eso insiste en que lo que hemos visto en estos días “no es para alamarse, no es nada paranormal; así como no es de extrañar que en pleno invierno tengamos algunos días soleados y con altas temperatura, como ha ocurrido”.

Respecto de lo que sucederá en las próximas semanas, indicó que “para los próximos 10 a 15 días la situación de la atmósfera va a retomar su normalidad. Los eventos de lluvia (recientes) hacen que la atmósfera se refresque, que disminuya la temperatura. Entonces, pasando esto, tendremos unos dos o tres días con temperaturas más bajas respecto de lo que debiéramos tener en verano, pero ya a mediados de la semana y para el próximo fin de semana debiera retornar la temperatura de verano”.

Aldo Montecinos, director del departamento de Geofísica, coincide con el profesor Inzunza en el sentido de que se trata de algo normal. “El otoño suele tener días con una mezcla de condiciones meteorológicas, por ser un periodo de transición hacia el invierno. En todo caso, no debemos olvidar que además vivimos en una región de transición entre una zona sur muy lluviosa y una norte más bien semi-árida”.

También, en términos del futuro clima, preocupa lo que ocurrirá con La Niña, que se ha hecho presente desde el segundo semestre del año pasado. Las recientes lluvias en el altiplano podrían ser sus últimos indicios, pues -según explica Montecinos- el evento ya pasó su fase de madurez y comienza a debilitarse.

El catedrático, especialista en variabilidad climática en el Pacífico Sur Oriental, comentó que los eventos asociados a El Niño/La Niña Oscilación Sur (ENSO, por su sigla en inglés) se vinculan a las variaciones de temperatura en los trópicos. “Lo que hacemos es monitorear las anomalías positivas o negativas de la temperatura superficial del mar en las denominadas Regiones Niño en el Trópico”, señala el doctor Montecinos, quien añade que “cuando pasa un umbral sobre el valor medio de la temperatura, que generalmente es de medio grado, existen condiciones que pueden generar un Niño, y cuando baja medio grado de la media, hay condiciones para el desarrollo de una Niña”.

En el evento actual, las anomalías bajo 0.5 grados comenzaron a observarse de manera persistente a fines de agosto, alcanzando su máximo al término de enero, pero en febrero, las anomalías negativas comenzaron a disminuir rápidamente, revirtiendo su condición fría.

Indicadores clásicos de la presencia de La Niña en nuestro país son las lluvias altiplánicas en verano y la ausencia de precipitaciones en la zona central. Sin embargo, el doctor Montecinos asegura que el período de sequía que vive el país (a pesar de las lluvias en la VIII Región) no puede relacionarse al evento, “ya que empezó a desarrollarse a fines de agosto, lo que quiere decir que durante el invierno hubo una situación normal”.

A su juicio, la sequía puede deberse a otros motivos, entre los que menciona la influencia de la variabilidad interdecadal en la temperatura. “Así como hay variaciones entre años, las hay entre décadas. Estamos en una fase fría, que también suma una condición tipo La Niña, en la última década”.

Tal como sucede en la mayoría de los eventos del ENSO, el académico adelanta que La Niña debiera desaparecer hacia el otoño, de modo que el sistema entrará en período neutral o de transición.

La pregunta que surge, en un contexto de sequía, es qué sucederá durante la próxima estación. De acuerdo a las predicciones de algunos modelos, el académico indica que “están ocurriendo anomalías positivas de la temperatura superficial del mar en el Pacífico Sur Oriental, cerca de Galápagos, en Ecuador y Perú y si eso sigue así puede que ocurra un Niño”.

Sin embargo, Montecinos aclara que en Chile los pronósticos en torno a los inviernos “son siempre difíciles, justamente porque los períodos de otoño son momentos de transición. La experiencia indica que a medida que se acerca el invierno la predictibilidad de los modelos es mejor”.