La oposición rusa llamó a nuevas manifestaciones y reafirmó su determinación tras la elección de Vladimir Putin, a pesar de los cientos de detenciones que contrastaron con la relativa tolerancia de los últimos dos meses.

“Hemos decidido una nueva acción el 10 de marzo”, declaró el periodista Serguei Parjomenko, uno de los organizadores del movimiento de protesta iniciado después de las legislativas de diciembre pasado.

Los dirigentes de la contestación tienen la intención de organizar una marcha en Moscú el sábado, indicó, citado por Ria Novosti.

El lugar de la concentración está aún por ser definido con la alcaldía de Moscú.

En San Petersburgo, segunda ciudad del país, el movimiento de oposición Otra Rusia llamó a manifestar a partir del martes y del miércoles. El Partido comunista, el Partido demócrata Iabloko y el movimiento de oposición Solidarnost llamaron a manifestar el 10 de marzo.

Más de 500 personas, entre ellas los jefes de la contestación, fueron detenidas el lunes en Moscú y San Petersburgo en mitines denunciando la elección de Putin.

En la capital, 250 personas, entre las cuales los dirigentes Alexei Navalny, Serguei Udaltsov e Ilia Yachin fueron detenidos después de un mitin con 20.000 personas en la Plaza Puchkin, cuya autorización había sido largamente negociada con la municipalidad.

La policía actuó para dispersar a unas 2.000 personas que habían permanecido en la plaza después del fin oficial de la manifestación.

Estos arrestos contrastaron con la relativa tolerancia que desde diciembre había prevalecido con respecto a las manifestaciones, cuando los comentaristas están a la expectativa sobre la actitud que tendrá el régimen después que Putin vuelva al Kremlin.

“Estoy indignado por el recurso a la fuerza contra gente que vino a expresar una posición ciudadana”, destacó en su cuenta twitter el magnate Mijail Projorov, candidato que llegó en tercera posición y que había ido a la manifestación de la oposición.

Las manifestaciones iniciadas en reacción a los resultados en las legislativas de diciembre, las que según la oposición y observadores dieron lugar a fraudes masivos en favor del partido en el poder Rusia Unida, habían sido dispersadas sin miramientos con miles de detenciones.

Luego, el volumen de estas manifestaciones – 80.000 personas en Moscú el 10 de diciembre, más aún en enero y febrero – había llevado a las autoridades a tolerarlas .

“Terminó el recreo” había titulado el lunes el diario de oposición Novaya Gazeta, uno de los principales periódicos de la contestación, luego de la elección de Putin con casi 64% de los sufragios.

No obstante, el poder, que afirmó estar abierto al diálogo con “todos los que quieren un trabajo constructivo”, afirmó que la intervención policial había sido dentro del respeto de la legalidad y que sólo había sido iniciada después que los manifestantes sobrepasaron la duración autorizada de la marcha.

Los opositores Alexei Navalny y Serguei Udaltsov fueron liberados y convocados al tribunal para el 15 y el 13 de marzo respectivamente, como el escritor Eduard Limonov, son pasibles de una multa de 2.000 rublos (unos 744 dólares).

Ilia Yachin, del movimiento Solidarnost, debe comparecer por haber rechazado a someterse, delito por que podría ser condenado a 15 días de cárcel.