Mi artículo de hoy, se basa en como un chileno puede cumplir sus sueños, pasándolo bien, con dinero y comodidades que le permitan un buen nivel de vida.

Esto motivado por la actual realidad que vive el país, con demandas sociales por doquier, como son los casos de Aysén (o Aisén como lo escribe el señor Jorge Schaulsohn vía twitter), los damnificados del terremoto o los de Magallanes, quienes tienen un altísimo costo de vida, que no son capaces de satisfacer.

Por ello cualquier chileno, quisiera tener una vida tranquila y vivirla al máximo. Algo así como un Negro Piñera, con billete y sin trabajarle un minuto a nadie.

Quiero aconsejarlos de cuál es la fórmula que ustedes tienen para pasarlo bien, sin gastar un peso de su bolsillo. Algo que cualquier ciudadano normal quisiera hacer.

Básicamente ustedes tienen que ser funcionarios públicos, pero con un grado jerárquico que va desde el Presidente de la República, Ministros, Subsecretarios, Jefes de Servicios, Parlamentarios, alto mando de la Fuerzas Armadas y Carabineros, etc.

Cuando digo de grado jerárquico, no se espante. Para ser ministro, un jefe de servicio público o parlamentario, no es necesario ser una joya egresada de una universidad. De hecho, la mayoría de éstos llegan a sus funciones improvisando, sin tener mucho conocimiento de su cargo, y a la chilena, aplicando la ley del mínimo esfuerzo.

Es que lo pasan el descueve. No usan la CMR Falabella para poner bencina, no pagan los hoteles y pasajes en avión con la Tarjeta Más Paris, no conocen una oficina de atención a cliente de una compañía de telefonía celular, no llevan el auto al taller, y menos, pescan a la Josefina Correa con sus ofertones del Líder.

Y quien paga esta lujuriosa vida: el fisco. Y quien le entrega la mayoría del dinero al Estado: los impuestos. Y de dónde provienen los impuestos: de todos los chilenos.

Además el trabajo es una cosa, pero lo que los vuelve loco, son los beneficios. Gozan de tener a su disposición autos fiscales de alto valor, bencina gratis, gastos reservados y uno que otro, tienen la posibilidad de apropiarse de algún recurso extra del estado, que, obviamente, podría ser un ílicito.

El ejemplo más común, y por cierto, más criticado por la gente,son los “Honorables” parlamentarios. Sus ingresos y gastos por representación son altos. Obviamente, varios de ellos tienen el carácter de reservado, es decir, no son informados. Además, los señores pueden apernar a algún familiar o amigo a quien le cancelan un honorario por no hacer nada.

Los Ministros y Subsecretarios de Estado, Intendentes y el resto, tienen beneficios muy similares. Lo que me llama la atención, es que cambian sus autos fiscales a menudo, y lógicamente, no pagan ni uno. Los gastos reservados son llamativos. Comen bien, viajan cómodos y alojan en los mejores hoteles. Y lo mejor, no tienen obligación de rendirlos en forma pública.

Otros son los altos mandos de las fuerzas armadas y de orden. Unos vehículos último modelo, como si fueran a pasearse a Hollywood, que aparte de usarlos para el traslado a su trabajo, le pegan sus buenos paseos para uso personal. También, algunos de ellos, tienen el privilegio de vivir en mediaguas de 200 m2, más o menos, con un mozo a su servicio. Lo que sí hay que dejar en claro, es que los uniformados SI estudian y son gente preparada, nada que decir al respecto.

Los Jefes de Servicios públicos ya son más modestos. Son de apariencia apagada, fome y casi siempre pueden andar enojados. Pero igual andan unos en 4×4, como si fueran a correr un rally. También le dan un billetito para comidas institucionales, las que casi siempre los libera de trabajar en la tarde, ya que se toman un buen vino tinto y con ello, se van derecho a la siesta. Y para justificar la cimarra, le avisan a su secretaria que fueron a terreno, como le llaman ellos.

Y menor grado, puede encontrase un chofer de un vehículo municipal. Aparte de creerse amos y señores en las calles, son tradicionales sus desvíos para hacer algún trámite personal o para trasladar a la polola, esposa o amante.

Concluyendo, les pido que lean estas palabras y se darán cuenta de que es verdad. Nada ha sido inventado. Intenten ser un funcionario público como los descrito más arriba y verán que lo que les explico es cierto

Lo único penoso es que con toda esa farra de dinero, se podría ayudar a mucha gente que clama por ayuda, ya sea por distintas razones. El botadero de plata es impresionante, pero a los beneficiados, no les importa nada.

Víctor Huidobro es periodista. Vive en Santiago y escribe regularmente en su blog, El Nada Serio. Tiene su cuenta de Twitter en @elnadaserio