Brasil tardará hasta dos años en reconstruir su base militar científica en Antártida, destruida el sábado por un incendio que dejó dos muertos, mientras tanto evalúa asociarse con otros países para seguir con sus investigaciones, dijo una fuente oficial.

La “reconstrucción de una nueva base evidentemente va a llevar de uno a dos años”, declaró el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Marco Antonio Raupp, al canal O Globo.

Establecida en 1984, la base realizaba investigaciones científicas sobre cambio climático y ecosistemas costeros y marinos. El complejo quedó destruido en un 70% a raíz de un incendio el fin de semana, en el que murieron dos militares y uno más resultó herido.

Mientras termina su reconstrucción, el gobierno brasileño evalúa aliarse con otros países para dar continuidad a las investigaciones que realizaban en el lugar, a través del Programa Antártico Brasileño, vigente desde hace 30 años.

Podemos “explorar posibilidades de hacer sociedades con otros países que desarrollan investigaciones allá, que también tienen bases allá”, afirmó Raupp.

El incendio que consumió buena parte de las instalaciones de la base Comandante Ferraz, se inició en la zona que albergaba los generadores eléctricos por causas aún no establecidas.

Sólo se salvaron de las llamas los módulos aislados para casos de emergencia, los laboratorios de meteorología, de química y de estudio de la alta atmósfera, los tanques de combustibles y el helipuerto, según el balance oficial.

La Antártida, en su mayoría cubierta de nieve y hielo, alberga bajo su capa continental enormes recursos minerales y los mares circundantes están repletos de recursos biológicos.

Unos 30 países operan estaciones todo el año o durante el verano en la zona.