Ante 15 mil personas el cantante inglés realizó una presentación apasionada y de total entrega con su público, generando un ambiente único en el Movistar Arena de Santiago.

¡Qué todos los días sean domingos!… el parafraseo a ‘Everyday is like Sunday’ describe de muy buena manera la sensación que quedó en los asistentes al recital de Morrissey durante la noche del  26 de febrero.

En total comunión con sus seguidores, el cantante inglés volvió a sentirse cómodo en el escenario, luego de su extraña participación en el Festival de Viña que dejó en shock tanto a su público como a él mismo, según la opinión del artista.

Dejando de lado las exageraciones y especulaciones en torno a la figura del músico por parte de un sector de la prensa que ha realizado esfuerzos sobrehumanos para darle algo de condimento al cada vez más alicaído Festival de Viña, “Mozz” demostró por qué es uno de los máximos referentes de la música británica interpretando un sólido repertorio.

‘First of the gang to die’ fue la encargada de abrir el espectáculo, y de entrada se apreció la intención del artista por generar un lazo íntimo con su público que vitoreó cada uno de su los temas: ‘You’re the one for me, Fatty’, ‘Alma Matters’,’ You Have Killed Me’, ‘Ouija Board, Ouija Board’, There is a Light that Never Goes Out (The Smiths)  y ‘Everyday is like Sunday’, fueron las siguientes en ser interpretadas en un entorno de algarabía total.

Al únisono, el set list se completó con ‘I will see you in far-off places’, ‘Action is my middle name’ (canción nueva), ‘I’m throwing my arms around Paris’, ‘I know it’s over’ (The Smiths), ‘Let me kiss you’, ‘Speedway’, ‘People are the same everywhere’ (tema inédito),  ‘Please, please, please let me get what I want’ (The Smiths),  ‘Black cloud’,  ‘Meat is Murder’ ( the Smiths), ‘One day goodbye will be farewell ‘, ‘Scandinavia’ (inédita), ‘How soon is now?’ (The Smiths) y ‘Still ill’ (The Smiths) cerrando un repertorio que, a pesar de no incluir algunos clásicos como ‘Suedehead’ o ‘This Charming Man’, cumplió con las expectativas.

Además de su impecable presentación en cuanto a lo musical, “Mozz” demostró una vez más su conciencia social con una desgarradora interpretación de ‘Meat is Murder’ apoyada con las crudas imágenes del faenamiento de animales que también mostró en Viña. También plasmó la irreverencia hacia la monarquía de su tierra natal con las camisetas que lucieron sus músicos con la leyenda “Odiamos a William y Kate”.

Una banda de primerísima calidad; un ambiente de compenetración total y un puñado de canciones que con el paso del tiempo cada vez se hacen más valiosas fueron la tónica de la inolvidable tercera visita de la leyenda de la música alternativa británica.

Es así como en un impecable despliegue la productora Colors cumplió con los fans y abrió la oportunidad para que los verdaderos seguidores de “Mozz” disfrutaran de un show para el recuerdo. Morrissey y todo su equipo parten este lunes 27 de febrero a Argentina para seguir su gira por el resto de Sudamérica.