China está en un momento crucial de su desarrollo económico y va a tener que realizar reformas profundas en el país, cuyo ritmo de crecimiento caerá a la mitad en 20 años, aseguraron este lunes expertos del Banco Mundial y del gobierno.

Después de crecer una media anual del 10% del PIB en los últimos 30 años, la segunda economía mundial debe cambiar de modelo de crecimiento, centrado hasta ahora en la inversión y las exportaciones, afirmó el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, en la presentación de este estudio “China: 2030″.

“La necesidad de reformas es indiscutible porque China está en un momento crucial de su desarrollo”, dijo Zoellick en una conferencia de prensa en Pekín.

“El modelo de crecimiento actual del país es insostenible. No es el momento de salir del paso como se pueda, es el momento de anticipar y adaptarse a los grandes cambios en el escenario internacional y en las economías mundiales y nacionales”, dijo Zoellick.

Liu Shijin, viceministro del Centro de Investigación sobre el Desarrollo del gobierno, que preparó el informe con el Banco Mundial, también subrayó la necesidad de reformas en la economía china, que crece un 9% actualmente, pero verá desacelerarse el crecimiento en torno al 5-6% en los próximos 20 años.

El documento recibió el apoyo del vicepresidente Xi Jinping y del vice primer ministro Li Keqiang, que deberían, salvo algún imprevisto, suceder al presidente Hu Jintao y al primer ministro Wen Jiabao cuando el proceso de sucesión política concluya en marzo de 2013 en China.

Pero las conclusiones del documento van a toparse probablemente con una fuerte resistencia por parte de los que se aprovechan del modelo actual, advirtió Zoellick.

“Las reformas no son fáciles, a menudo provocan rechazo”, dijo el presidente de la institución internacional.

La resistencia podría venir en particular de las empresas del Estado, a las que el informe quiere reducir los privilegios y el peso económico.

Más de 10 años después del ingreso de China a la Organización Mundial de Comercio, éstas se benefician de las restricciones a la inversión extranjera en sectores estratégicos como el automóvil, energía, finanzas y telecomunicaciones.

También se benefician de financiación ventajosa, mientras que sus competidores extranjeros se quejan de la falta de transparencia en el acceso al mercado chino.

El informe preconiza también un mejor acceso al crédito para las pequeñas y medianas empresas, quiere que el sistema bancario chino sea gobernado por reglas de mercado y pide la liberalización de las tasas de interés para que la segunda economía mundial “concluya su transición hacia una economía de mercado”.

El documento también pide reforzar la innovación, mejorar la protección social e incentivos para proteger el medio ambiente, así como una mejor garantía de derechos sobre la tierra de los agricultores.

Estas “medidas concretas” son necesarias en un momento en que China quiere basar su crecimiento económico en la “estabilidad”, dijo Li Wei, el ministro encargado del Centro de Investigación sobre el Desarrollo.

Pese a la crisis de la deuda en Europa y las débiles perspectivas de la economía estadounidense, Zoellick minimizó el riesgo de una catástrofe económica en China, aunque prevé “puntos de tensión que se van a reforzar con el tiempo”, sin llegar a una crisis.