El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, apareció este domingo en la televisión para pedir calma a los afganos, seis días después de la quema de coranes en una base estadounidense que ha provocado “29 muertos y unos 200 heridos”.

Tras “condenar enérgicamente” la quema de coranes, aseguró que “respeta el sentimiento de la gente, que tiene razón y que debe ser respetada”, pero que ahora “es hora de permanecer en calma y pacíficos”, repitiendo lo que ya ha había dicho en un comunicado esta semana.

Como no se puede comparar el impacto de una declaración escrita con una aparición televisada, la conferencia de prensa difundida por diferentes cadenas afgnas el domingo en Kabul era muy esperada por la coalición de la OTAN, que combate desde hace diez años en Afganistán al lado del gobierno de Karzai.

“Las manifestaciones han causado desgraciadamente víctimas. Unas 29 personas han muerto como mártires y unas 200 han resultado heridas. Hemos pedido a las fuerzas de seguridad que tengan cuidado”, dijo el presidente afgano el domingo.

Por primera vez en seis días, este domingo no se habían registrado actos de violencia, pese a que hubo algunas manifestaciones en el país.

Hamid Karzai recordó que desea que los responsables de la quema de ejemplares del Corán sean “castigados”, un caso que “sigue de cerca”, aunque rehusó explicar qué tipo de castigo desea que se les imponga.

El jefe del Estado también se dijo “desolado” por la muerte de “dos oficiales estadounidenses” en el recinto del ministerio del Interior el sábado. “Se desconoce por el momento quién disparó, si fue un afgano o un extranjero”, dijo Karzai.

Según un alto cargo del ministerio del Interior, un policía de los servicios secretos del ministerio es el principal sospechoso de la muerte de los dos asesores estadounidenses.