El ex presidente sudafricano Nelson Mandela, de 93 años, abandonó el domingo el hospital donde fue ingresado la víspera por unos dolores abdominales, tras someterse a una exploración mediante laparoscopia.

Mandela salió del hospital, donde no se le encontró nada grave, indicó el domingo la presidencia de Sudáfrica. “Los médicos decidieron mandarlo a casa, ya que el (…) diagnóstico no mostró nada serio”, afirmó la presidencia en un comunicado.

El militante más célebre de la lucha contra el apartheid y primer presidente negro de Sudáfrica, hospitalizado el sábado por dolores abdominales, ha sido sometido a una laparoscopia y está “bien”, había asegurado poco antes la ministra de Defensa, Lindiwe Sisulu.

Generalmente practicada con anestesia general, la laparoscopia es una exploración visual de la cavidad abdominal con el laparoscopio, que se introduce por una incisión practicada en la pared abdominal.

“Está bien y se recupera de la anestesia. Está lo bien que se puede estar a su edad. Se porta bien y es bello”, agregó la ministra, que aseguró que “no ha tenido nada grave”.

Sisulu negó terminantemente que se tratara “de una intervención quirúrgica”, como afirmaron algunos medios de comunicación.

Mandela había aparecido por última vez en público en la final de la Copa del Mundo de fútbol, organizada por Sudáfrica, en julio de 2010. Y su última intervención en los medios de comunicación sudafricanos se remonta al pasado 7 de octubre, durante el último censo de población.

Nelson Mandela permaneció varios meses en su pueblo de la provincia de Cabo Oriental (sur), donde celebró su 93º aniversario en enero, y volvió a su domicilio de Johannesburgo a finales de enero.

Encarcelado durante 27 años por el régimen racista del apartheid y galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 1993, fue elegido en 1994 como primer presidente negro de Sudáfrica en las primeras elecciones abiertas a todos los habitantes del país. Se retiró en 1999 después de un único mandato.