El presidente boliviano, Evo Morales, recorrió este domingo la ciudad de Cobija, en el departamento amazónico de Pando, extremo norte de Bolivia y frontera con Brasil, seriamente azotada por inundaciones la semana pasada que afectaron a más de 1.000 familias.

Morales dialogó con autoridades y pobladores del lugar y les instó a hacer buen uso de la ayuda humanitaria, después de entregar equipos de purificación de aguas y anunciar la reconstrucción del poblado de Bolpebra, donde el desbordamiento de los ríos arrasó con, al menos, 25 viviendas.

“Un tema central es tema agua, ya hemos tenido experiencia, por eso hemos mandado tres equipos para potabilizar el agua, felizmente dos ya se han instalado”, dijo Morales a los pobladores.

El mandatario reveló que en los días del siniestro, la pasada semana, “el compañero (Hugo) Chávez me llamó desde Venezuela, me dijo que estamos mandando técnicos para resolver tema agua, hoy tenemos dos equipos entregamos acá, uno falta instalar”.

“Ya bajó felizmente el (nivel del) agua, ahora vienen las tareas de rehabilitación”, proclamó el gobernante quien también se hizo eco del pedido de los damnificados para que la banca sea tolerante con las deudas.

“Pedimos a la banca privada flexibilizar las deudas, vamos hacer la representación, no están pidiendo condonación, eso hay que entender, sólo es para la gente de Cobija, necesitan uno o dos meses de espera para no pagar intereses y después se los van a pagar”, señaló el jefe de Estado.

El gobierno de Bolivia decretó el miércoles emergencia nacional por las torrenciales lluvias registradas desde diciembre y que han dejado al menos nueve muertos y unas 12.300 familias damnificadas en todo el país, según un último balance oficial.

Las intensas lluvias, atribuídas a desórdenes del fenómeno climático de La Niña, afectaron 8.771 hectáreas de cultivo de las 2,9 millones que hay en el país, según el Viceministerio de Desarrollo Rural.