Decenas de personas, especialmente mujeres, marcharon este sábado por varias ciudades colombianas en rechazo a la violencia contra las prostitutas y, en general, contra el género femenino, constataron periodistas de la AFP.

En medio de gran algarabía, cánticos, música y gran colorido, estudiantes universitarias, integrantes de organizaciones feministas y de la comunidad LGTB (lesbianas, gays, transexuales y bisexuales), prostitutas y mujeres de todas las clases sociales marcharon, algunas de ellas con el busto desnudo, en nueve ciudades de Colombia.

La marcha en Bogotá, a la que asistieron unas 500 personas, entre ellas hombres, recorrió un tramo de cerca de un kilómetro, entre el denominado Centro Internacional hasta la Plaza de Bolívar.

En Cali (suroeste), unas 40 personas se congregaron en el sector denominado ‘La calle del pecado’, una zona de prostitución ubicada en el centro de la ciudad.

En Manizales (centro-oeste), la marcha se congregó en el tradicional teatro Los Fundadores, pidiendo respeto por la condición de las mujeres, sin importar su condición económica o estilo de vida.

Liliana Cardona, una de las organizadoras del evento en Manizales, dijo que a la marcha asistieron “mujeres sin etiqueta”, es decir, sin consideración de clase, profesión, raza o religión.

“Respeto, eso es lo que queremos”, coincidieron varias prostitutas en declaraciones a la AFP, aunque pidieron el anonimato.

En el puerto caribeño de Barranquilla (norte), ‘Mar Candela’, otra de las líderes de la jornada, señaló que “la marcha pretendía levantar la voz de aquellas mujeres que viven un infierno y socialmente tienen que quedarse calladas porque de alguna manera se les responsabiliza o culpabiliza”.

La movilización se extendió también a ciudades como Villavicencio (sureste), Tunja, Bucaramanga (noreste), Medellín (noroeste), Pereira (centro) y la isla caribeña de San Andrés.

Desde abril de 2011, se han realizado marchas similares en otras 39 ciudades del mundo, que se originaron por declaraciones de un oficial de la policía en Canadá, el 24 de enero de 2011, en las que afirmó que las mujeres deberían evitar vestirse como prostitutas “para no ser víctimas de violencia sexual”.