El cuerpo de un joven que era buscado intensamente fue hallado este viernes en el tren que se estrelló el miércoles en Buenos Aires, elevando a 51 el saldo de muertos en el accidente, tras lo cual se produjeron incidentes en la estación donde ocurrió el siniestro.

“El cuerpo estaba aplastado de una manera que no podía ser percibido en una búsqueda del personal. Se enviaron a los canes para un rastreo más profundo”, dijo una fuente policial.

Se trata de Lucas Menghini Rey, un joven músico de 20 años que trabajaba en un ‘call center’ y la única persona que permanecía desaparecida desde el accidente, por lo que era buscado intensamente por su familia, confirmó el ministerio de Seguridad en un comunicado emitido la noche del viernes.

“Se identificó que el cuerpo de Menghini Rey, se encontraba dentro de la cabina de conducción del motorman del cuarto vagón, lugar vedado a los pasajeros, que se hallaba en desuso”, señaló.

Según el parte, “ese reducto había sido totalmente deformado por el impacto entre el tercer y cuarto coche, producto de la incrustación de aproximadamente 60 cm. entre uno y otro”.

En la puerta de la morgue judicial, la madre del joven, María Luján Rey, lloraba y se abrazaba con familiares y amigos.

Luján Rey, que había buscado desesperadamente a su hijo en todos los hospitales y morgues a los que habían sido llevadas las víctimas, se ilusionaba con hallarlo vivo porque su nombre no figuraba en la lista oficial de 50 fallecidos y 703 heridos.

“¡Les suplico nos ayuden a buscarlo!”, suplicaba la mañana del viernes la madre ilusionada por el relato de un bombero que creía haberlo ayudado en el momento del rescate.

Al conocerse el hallazgo del cuerpo, fue llevada a la estación policial de la terminal ferroviaria, pero durante varias horas no hubo confirmación oficial que se trataba del joven.

Otras dos personas que eran buscadas por sus familiares aparecieron el viernes -una estaba internada y otra regresó a su casa tras sufrir un estado de shock-, lo que alimentaba la ilusión.

Menghini Rey abordó el miércoles pasado el convoy, colmado con 2.000 pasajeros, de la línea Sarmiento, que al llegar a la terminal del céntrico barrio comercial de Once en Buenos Aires, procedente de la periferia oeste, se estrelló contra el paragolpe de un andén.

Decenas de amigos del joven músico de rock permanecieron desde el jueves en vigilia en el hall de la estación ferroviaria de Once a la espera de noticias con carteles con su foto que rezaban: “Buscamos a Lucas”.

Ante la versión del hallazgo, sus familiares pidieron prudencia y silencio, pero luego todos se retiraron del hall central hacia un andén, mientras en el lugar quedaron pasajeros de otros trenes y gente no vinculada a la familia en un clima de tensión creciente.

Finalmente, se desataron desmanes -cuyo origen y motivación no está claro-, cuando algunas personas incendiaron botes de residuos y golpearon con palos los molinetes, lo que generó la reacción policial, que arrojó gases lacrimógenos y desalojó la estación.

Los incidentes siguieron en la calle, sin participación de los amigos del joven, mientras algunos saqueaban kioscos y comercios vecinos.

El gobierno, que anunció su intención de presentarse como querellante en la causa, había dispuesto este viernes organizar una búsqueda de Menghini Rey.

El maquinista de la formación, Marcos Córdoba (28 años), que sobrevivió y fue hospitalizado, quedó en libertad la noche del viernes por orden del juez Claudio Bonadío, a cargo de la investigación, informó el secretario de prensa del sindicato ferroviario de La Fraternidad, Horacio Caminos, sin precisar los fundamentos de la decisión.

El juez ordenó la libertad tras tomar declaración al conductor, pese a la oposición del fiscal Federico Delgado, quien entendía que debían realizarse numerosas pericias previas a esa decisión, según una fuente judicial.

La Asociación del Personal de los Organismos de Control (APOC) acusó este viernes al gobierno en un comunicado de “no haber actuado ante los resultados de auditorías que mostraban el deficitario y criminal estado de conservación” de la línea Sarmiento.

El accidente de Once fue el tercero más grave de la historia ferroviaria de Argentina después del ocurrido en la localidad de Benavídez (periferia norte de Buenos Aires), con 236 muertos en 1970, y del registrado en la provincia de Santa Fe (centro-este), con 55 fallecidos en 1978.