El cantante británico Morrissey, ex integrante de la banda The Smiths, sorprendió y arrasó con su controvertido concierto en el Festival Internacional de Viña del Mar, en el que impuso sus reglas y recogió la ovación del público en un abrupto final de concierto.

En la primera parada de su gira sudamericana, el británico incluyó clásicos como “There is a light that never goes out” y “Everyday is like sunday”.

Luego de 70 minutos de concierto, Morrissey, quien lució una camisa roja brillante y pantalón negro, despareció del escenario sin recibir más que la ovación del público, que no tuvo la oportunidad de regalarle ni la antorchas ni gaviotas.

Los presentadores del certamen salieron a dar explicaciones, y según justificaron, por expreso deseo del artista, no hubo interrupciones ni premios, dinámicas típicas de todas las noches.

Por su parte, Eva Gómez y Rafael Araneda se mostraron molestos con la actitud de Morrissey, y explicaron que dada la condición de vegano del artista, quien no consume nada de origen animal, fueron eliminados todas las carnes y embutidos del catering detrás del escenario.

Ante ello, Gómez decidió sacar unas plumas que iban adheridas a su vestido, por “respeto” a la creencia del cantante, y para evitar más “problemas”, según dijo más tarde.

Las próximas jornadas estarán protagonizadas por el dominicano Juan Luis Guerra, los españoles José Luis Perales y Rosana, el puertorriqueño Luis Fonsi y el intérprete de bachata estadounidense Prince Royce, junto a los cumbieros argentinos Ráfaga y Garras de Amor.