El argentino Vélez Sarsfield aprovechó una ráfaga de contundencia pura y liquidó con goleada 3-0 su duelo ante el mexicano Chivas, por la segunda fecha del Grupo 7 de la Copa Libertadores de América, jugado la noche del miércoles en el estadio José Amalfitani de Buenos Aires.

Mauro Óbolo (67) y Federico Insúa (81 y 82) convirtieron los goles para el triunfo de Vélez que, con esta victoria, se convirtió en el único líder del Grupo 7 con 6 puntos, seguido por el uruguayo Defensor Sporting (3), y más abajo quedaron el ecuatoriano Deportivo Quito y Chivas (1).

El conjunto mexicano, que acumula nueve partidos sin triunfos entre el campeonato doméstico y la Copa, sorprendió en el comienzo, cuando se le plantó con decisión a Vélez y le propuso un combate áspero y complicado.

Con la intención de encontrar salida a su mal momento, Chivas se desgastó en un planteo en el que batalló en cada metro del terreno, sin dejarle a Vélez ningún resquicio, y con la marca personal de Araujo sobre Federico Insúa, el encargado de manejar los hilos de la ofensiva del conjunto argentino.

A partir de ese desarrollo, a Vélez le costó mucho llegar con claridad sobre la valla visitante, más allá de tener el control de la pelota, a la vez que Chivas tuvo su aproximación más cercana con un tiro libre de Marcos Fabián desde ángulo cerrado que obligó a una estirada del arquero Barovero.

Sin embargo, antes del final de la primera parte, Vélez tuvo sus ocasiones, con un remate rasante de Insúa que salvó el portero Michel, y poco después, Domínguez y Mauro Óbolo no llegaron a conectar un centro a pocos centímetros del arco.

Para la segunda parte, Vélez prolongó su dominio, cada vez más marcado, y empezó a tener más dinámica en la mitad de la cancha con el ingreso de Ariel Cabral.

Al local le costaba penetrar el tramado defensivo azteca, pero cuando promediaba la segunda parte, una distracción a la salida de un lateral sobre el flanco derecho del ataque le permitió a Cerro lanzar con precisión un pase al vacío para Óbolo, que escapó a espaldas de los centrales, superó el cierre tardío de Reynoso y vulneró a Michel con remate cruzado.

De esa manera, Vélez conseguía destrabar el partido, y así se acomodó mejor al desarrollo, y con esa tranquilidad comenzó a llegar con más frecuencia, ante un adversario que notoriamente no podía realizar el mismo esfuerzo físico que en la primera parte.

Después de un desborde de Augusto Fernández que Michel desvió con la punta de los dedos, el local encontró el segundo tanto en una acción de Óbolo, que capitalizó un despeje fallido de Magallón y habilitó a Insúa, que entró sin marcas por el costado izquierdo para tocar el balón ante el arco indefenso.

Enseguida, el ingresado Lucas Pratto recuperó el balón en la salida de Chivas, se escapó por la izquierda y tocó con precisión para la llegada por el centro de Insúa, que de primera remató para dejar otra vez sin posibilidades a Michel.

Con un poder de fuego que invita al optimismo, Vélez sentenció un partido que se le había hecho cuesta arriba y prolongó la mala racha de Chivas, que intentó salir airoso de su excursión por Buenos Aires, pero se vio claramente superado en el tramo final y se quedó sin respuestas físicas ni anímicas.