Estimados,

Con fecha 17 de febrero de 2012, mi esposo Luis Maldonado Alvarado y yo Karina Castro Sánchez, compramos pasajes en la agencia de la empresa Igi Llaima; asumiendo que era una entidad confiable, ubicada en el terminal de buses de Osorno. Desde esta ciudad a Santiago nos dieron los asientos número 25 y 26, con horario de salida a las 20.40 horas.

Cuando fuimos a tomar nuestro bus nos cambiaron el pasaje y dijeron que viajaríamos en un bus de la línea Tepual, sin dar alguna explicación del motivo del cambio.

El problema es que para empezar no salimos a la hora indicada, sino que el viaje comenzó a las 21:15. La respuesta que nos dieron fue que aún no llegaban todos los pasajeros. A los 30 Kilómetros de distancia se estacionó porque venía otro pasajero en otra máquina, donde estuvimos aproximadamente media hora.

Después el bus tomó su rumbo, pero continuamos el viaje por media hora y nuevamente se detuvo por la misma razón, por lo que mi esposo llamó a Carabineros. El chofer al darse cuenta de esto hizo parar un camión que venía en la misma dirección y se fue. La repuesta que entregó el reeemplazante del conductor fue que se había arrancado con la plata de los peajes, y que no tenía noticias de él. El bus no llevaba auxiliar.

Luego mientras viajábamos, el bus queó detenido a mitad de la carretera y se iba sin dirección, producto de esto nos dijo que su jefe le había indicado que debía continuar con el viaje hasta donde pudiera avanzar. El bus tenía graves deficiencias en su infraestructura y seguridad, pues no había aire acondicionado, la puerta de entrada a los pasajeros se encontraba atorada y no se abría, las luces estaban malas, el baño no tenía la higiene correspondiente. Además llevaba un ruido muy fuerte, no contaba con cinturón de seguridad, los ventanales no se abrían y no llevaba el panel digital. Por el camino fuimos quedando sin petróleo, Carabineros nos llevó a un Servicentro, pero no hicieron nada más.

Cabe mencionar que en las paradas antiguas el bus comenzaba a llenarse de humo por dentro, antes de llegar a Temuco se acabó el petróleo en Loncoche y quedamos tirados en la carretera hasta las 11 de la mañana del siguiente día, en una noche lluviosa y fría.

Posteriormente y gracias a que nos comunicamos con un familiar y el se dirigió a la radio Bío-Bío de Temuco el caso salió al aire y Carabineros de Quetratue llamó a la empresa en Osorno y ellos vendieron los pasajes a un precio estándar, igualitario para todos en cualquier destino de $21.000. Luego llamaron a Santiago y dijeron que nos mandarían una máquina nueva, pero la máquina que llegó fue peor que la anterior, dijeron que no tenían más buses que éstos, siendo que sí los había.

En el Ministerio de Transportes tampoco dieron solución alguna, la empresa jamás respondió.

Gracias.