Insurgentes de Sudán anunciaron este lunes la liberación de medio centenar de soldados de la Misión de Naciones Unidas y de la Unión Africana (MINUAD). Sin embargo, precisaron que retienen a tres civiles sospechosos de ser agentes de inteligencia sudaneses.

El Movimiento por la Justicia y la Igualdad (JEM), el grupo insurgente más militarizado de Darfur, anunció horas antes la captura de 49 miembros de la fuerza de mantenimiento de la paz y de tres sudaneses sospechosos de ser espías de la capital del país, Jartum.

La MINUAD matizó posteriormente que los soldados (55 según la fuerza onusiana) no habían sido capturados, “pero están bloqueados desde ayer (domingo) en el noroeste de Darfur” y que trataban de lograr la liberación de los tres civiles.

“Hemos liberado a los soldados de (la fuerza de) mantenimiento de paz porque nuestra investigación confirmó que entraron en la zona (rebelde) sin saber que estaba bajo nuestro control”, declaró a AFP el portavoz del JEM, Gibril Adam Bilal.

Este portavoz confirmó que sus fuerzas retenían aún a tres sudaneses para comprobar qué hacían con los miembros de la MINUAD. “Si la investigación confirma que no son miembros de la seguridad (espías de Jartum), les liberaremos inmediatamente”, agregó.

El JEM se negó a firmar el acuerdo de paz alcanzado en julio pasado en Doha entre Jartum y el Movimiento de Liberación por la Justicia (LJM), formado por una coalición de pequeñas facciones rebeldes, al considerar que no solucionaba cuestiones claves como el reparto de las riquezas, las violaciones de los derechos humanos y el futuro de 1,8 millones de desplazados.

El nuevo jefe del JEM, Gibril Ibrahim, aseguró el 26 de enero que su movimiento no dialogará con Jartum y que continuaría actuando para hacer caer el régimen del presidente sudanés Omar el Beshir, sobre el que pesa una orden de arresto de la Corte Penal Internacional por genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra en Darfur.

Gibril Ibrahim fue elegido para liderar el JEM en sustitución de su hermano Jalil, a quien el ejército sudanés mató a finales de diciembre.

Al menos 300.000 personas murieron y 1,8 millones se vieron obligadas a desplazarse desde el inicio en 2003 de la guerra entre rebeldes y fuerzas gubernamentales apoyadas por milicias locales árabes, según las cifras de la ONU. Jartum sólo reconoce 10.000 muertos en el conflicto.

La MINUAD cuenta con 17.000 soldados y 5.000 policías para proteger a la población civil.