Apenas 21 cuerpos de los 359 reos muertos en el incendio de un penal hondureño el pasado martes habían sido entregados a las familias hasta este lunes, por la difícil labor de identificación de los restos calcinados, informó Medicina Forense.

Según el informe, los expertos habían practicado autopsias a 149 cuerpos, pero solo entregado 21, pues en muchos casos el análisis de huellas dactilares es insuficiente y para la identificación se debe recurrir a las pruebas de ADN.

“El proceso de entrega de los cadáveres es más lento dadas las circunstancias del hecho, ya que por el tipo de daño ocasionado a los cuerpos, estos deben pasar por varias pericias forenses de identificación”, subrayó el comunicado.

Mientras tanto, aumentaban las presiones de los familiares albergados en el Instituto de Formación Profesional, en el este de la capital, para que les entreguen los cuerpos que, en un avanzado estado de descomposición, son sometidos a autopsias en la morgue de Medicina Forense, también en el este.

El trabajo está a cargo de 17 hondureños, 15 chilenos, siete salvadoreños, seis mexicanos y cuatro peruanos.

En lo que constituye una de las peores tragedias carcelarias del mundo, entre la noche del 14 de febrero y la madrugada del 15, un incendio consumió la mayor parte de la sobrepoblada prisión de Comayagua, 90 km al norte de Tegucigalpa, por causas que son investigadas por expertos, incluso de Estados Unidos.