El sueco Zlatan Ibrahimovic, a sus 30 años, jugó uno de sus mejores partidos en Europa en la victoria de su equipo, el Milan, sobre el Arsenal (4-0) en el choque de ida de los octavos de final que enfrentó a los dos equipos en San Siro este miércoles.

Metamorfosis. Así se pueden definir los cambios que experimenta este futbolista, pasando de la lamentable bofetada que dio hace diez días a Salvatore Aronica, del Nápoles, y que le costó 3 partidos de suspensión, al espectacular partido que hizo ante el Arsenal.

Gran despliegue en la recuperación de balones, pases brillantes, gestos de clase y muy generoso con los compañeros, Ibra tenía ganas y martirizó al Arsenal.

En el primer gol, el sueco condujo el balón hasta la línea de fondo y, una vez allí, lo puso en la cabeza del brasileño Robinho, que sólo tuvo que girar el cuello para dirigirlo a la portería.

Luego tuvo tiempo de dar otra asistencia a Robinho y de marcar el último gol de su equipo de penalti.

Desde su posición de delantero, el sueco supo caer a las bandas, recibir de espaldas, buscar apoyos e incluso ejercer de ‘pivote’ bajando al medio del campo para oxigenar el juego de los centrocampistas del Milan.

A menudo acusado de egoista, parece que los años empiezan a templar el siempre fogoso caracter del sueco.

“Ibra tomó una nueva dimensión con la edad, amplió su visión del juego, ahora no es sólo un goleador, es un creador de juego para los demás”, señaló a AFP el dueño del Milan, Silvio Berlusconi.

‘Ibracadabra’ lleva esta temporada, tal vez la más completa de su carrera, 22 goles en 27 partidos.

“Le he soltado muchos sermones a Ibra, el último en el pasillo que conduce al campo”, declaró Berlusconi, con respecto al carácter del delantero, antes del partido contra el Arsenal.

Arsene Wenger, el entrenador francés del Arsenal, también dejo clara su opinión antes de la exhibición del sueco. “Ibrahimovic es un gran campeón, sois muy duros si lo criticáis”, señaló a los periodistas italianos.

El delantero, ganador de siete títulos de liga en tres países diferentes, busca su primera Liga de Campeones. “No es una obsesión, si la gano genial, pero si no, mala suerte, voy a seguir siendo feliz con mi carrera”, explicó en una entrevista con la revista de la UEFA.

El último estigma que le falta a Ibrahimovic por quitarse es el de ser un gran jugador que sólo brilla contra los pequeños equipos.

El miércoles la defensa del Arsenal fue de papel, por lo que Ibrahimovic tendrá la reválida en la siguiente ronda, en los cuartos de final, donde seguro que tendrá enfrente a un grande de Europa.