El ex presidente ejecutivo de Olympys, Tsuyoshi Kikukawa, sospechoso de haber tenido un papel clave en el maquillaje de las cuentas del grupo de aparatos fotográficos, fue detenido el jueves con otros dos ex responsables de la empresa.

Kikukawa, de 70 años, su ex brazo derecho, Hisashi Mori de 54 años, y el ex administrador Hideo Yamada, de 67 años, fueron detenidos en el marco de la investigación sobre la disimulación de un pasivo de 134.600 millones de yenes (1.350 millones de euros al cambio actual) fruto de inversiones financieras arriesgadas, según los canales de televisión NTV y TBS.

Los tres fueron formalmente detenidos luego de un interrogatorio del fiscal de Tokio e investigadores de la policía.

La disimulación, cuyo objetivo era esconder un pasivo por inversiones financieras de los años 1980, comenzó a finales de la década del 90 y continuó hasta hace poco, reconoció la dirección del grupo.

El presidente de la firma de entonces, Kikukawa, es sospechoso de ser el principal organizador de la disimulación que habrían efectuado Mori y Yamada.

En total 19 miembros, actuales o pasados, del Consejo de Administración de Olympus están implicados o claramente informados sobre el maquillaje de las cuentas por un informe interno de la empresa. Entre ellos figura el actual presidente Shuichi Takayama a quien la firma le reprocha haber cerrado los ojos.

Según los abogados del grupo, las maniobras contables habrían tenido un costo de 85.900 millones de yenes (860 millones de euros) para Olympus, que reclama un total de 3.600 millones de yenes (36 millones de euros) en daños e intereses a las personalidades designadas.

El escándalo surgió con la destitución del presidente británico, Michael Woodford, oficialmente por métodos de trabajo “inapropiados”, el pasado 14 de octubre.

Woodford, que no era miembro de la alta dirección de la época en que se produjeron los hechos, reveló a la prensa que su cese se debió en realidad al pedido de explicaciones sobre los pagos oscuros realizados por la compra de cuatro empresas.

La bolsa de Tokio (TSE) permitió que la acción de Olympus siguiera cotizando pese a estas operaciones, tras imponer una multa simbólica de 10 millones de yenes (100.000 euros), alegando que “la confianza de los inversionistas en el TSE había sido dañada”.

Están en curso además investigaciones en Estados Unidos y en Gran Bretaña sobre las ramificaciones extranjeras del caso.

Las irregularidades reveladas por Woodford — primer no japonés en haber dirigido esta empresa casi centenaria — generó un gran escándalo que hizo perder a Olympus la mitad de su valor en bolsa.

Con problemas de dinero, la sociedad contempla ahora aumentar su capital. Gigantes nipones como Sony, Panasonic o Fujifilm parecen interesados, según la prensa, ya que la calidad de los productos y tecnologías de Olympus sigue siendo reconocida.