Cientos de familiares de presos del penal hondureño donde murieron al menos 272 reclusos en un incendio entraron a la fuerza este miércoles a la prisión, tras enfrentarse a pedradas con la policía, desesperados por conocer el estado de los reos, constató un periodista de la AFP.

Hombres, mujeres y niños rompieron los portones de la cárcel de Comayagua -90 km al norte de Tegucigalpa-, lo que provocó el repliegue de la policía, que trataba de controlar la situación.

Familiares de los reos expresaron a los medios locales indignación tras denunciar una reacción tardía de los bomberos y del resto de las autoridades en la tragedia.

“Entendemos el dolor de los familiares, pero tenemos que seguir un proceso conforme la ley. Hacemos un llamado a la calma. Es una situación muy difícil”, dijo a los medios de prensa el ministro de Seguridad, Pompeyo Bonilla.

Según Bonilla, al menos 272 reos murieron y medio centenar resultó herido en el incendio del penal, pero medios locales, que citan a informes forenses, señalan que la cifra de reclusos fallecidos superaría los 300.

El siniestro habría comenzado a eso de las 22H50 locales del martes (04H50 GMT del miércoles) por causas aún desconocidas, y fue controlado unas tres horas después, precisó a la AFP el director de Centros Penales, Danilo Orellana.