En campaña sin decirlo desde hace semanas, Nicolas Sarkozy oficializará el miércoles su candidatura a la elección presidencial francesa de abril y mayo próximos, que se anuncia como un duelo entre él y el socialista François Hollande, favorito según los sondeos.

La candidatura de Sarkozy era un secreto de polichinela, pero la fecha precisa y la forma de su declaración eran objeto de todo tipo de especulaciones alimentadas por sus allegados.

Hasta que este martes fuentes próximas de la presidencia anunciaron que será efectivamente el miércoles por la noche, en el noticiario de la televisión TF1, el de mayor audiencia de Francia, cuando el presidente anuncie su candidatura a un nuevo mandato.

“Es hora de que lo haga (…) Prefiero que entre en campaña y que las cosas estén claras”, dijo el centrista François Bayrou. Al igual que él, los otros candidatos declarados a la presidencial y sus colaboradores se congratularon por el anuncio inminente de la candidatura de Sarkozy.

Ante las especulaciones sobre el anuncio de la candidatura, el diario de izquierda Libération, opuesto al presidente saliente, denunciaba el martes el “folletín sin interés que satura el espacio mediático y enmascara la improvisación que reina en la campaña” del presidente.

Con la oficialización el miércoles, Sarkozy espera quitarle protagonismo a su adversario socialista, François Hollande, que realizará en el mismo momento una gran reunión pública, la segunda de su campaña, en Ruan (noroeste), su ciudad natal.

“Todos sabían ya que era candidato, esto no cambia nada la situación, no cambia nada mi propia campaña”, declaró inmediatamente Hollande.

El anuncio de la candidatura de Nicolas Sarkozy será seguido el jueves por una primera reunión en Annecy (este), antes de un gran mitin previsto el domingo en Marsella (sudeste), según fuentes de su partido.

La ministra de Ecología, Nathalie Kosciusko-Morizet, de 38 años de edad, será la portavoz de campaña de Sarkozy, indicaron fuentes cercanas a la presidencia.

“Sea cual fuere el momento de su declaración, el presidente de la República inicia una de las más difíciles reconquistas” para un presidente saliente, estimó el martes el diario Le Figaro (derecha).

En efecto, después de haber planeado declarar su candidatura en el último momento, a mediados de marzo, a un mes escaso de la primera vuelta, prevista el 22 de abril, Sarkozy tuvo que cambiar de estrategia y acelerar su calendario.

El presidente no avanza en los sondeos, que le atribuyen el 25% de las intenciones de voto en la primera vuelta, muy por detrás de François Hollande (30%), y sigue amenazado por la candidata de la extrema derecha, Marine Le Pen (17,5%).

Y en la segunda vuelta sería derrotado por el candidato socialista, que obtendría 57,5% de los votos, según una encuesta publicada el martes por el instituto Ifop.

La semana pasada, Sarkozy avanzó en una entrevista las grandes líneas de su campaña, que marcan un giro derechista: oposición al derecho de voto de los extranjeros y al matrimonio homosexual, reforma para restringir los derechos de los desempleados, invocación de los “valores” del trabajo, la autoridad, la familia.

Eso hizo que fuese acusado por sus adversarios de “cazar en las tierras de la extrema derecha”. Y François Hollande aprovechó la ocasión para recalcar su diferencia.

“El papel de un candidato no es hacer ruido, no es dividir, no es estigmatizar, no es oponerse, no es designar un adversario más en el país”, declaró Hollande el martes al canal BFMTV y a la emisora RMC, prometiendo nuevamente “reunir a todos los franceses” si es elegido.

El lunes, un día antes de fijar la fecha para su candidatura, el presidente saliente obtuvo el apoyo de Christine Boutin, representante de la corriente de la derecha cristiana, que retiró la suya en favor de la de Sarkozy recalcando “valores” comunes.