Unas 100.000 personas, según la policía, se manifestaban este domingo en Atenas (80.000) y Salónica (20.000) contra el nuevo plan de ajuste dictado por la UE y el FMI que será votado hacia medianoche local por el parlamento heleno, para evitar la “quiebra” del país.

En la capital, seis personas resultaron heridas y fueron hospitalizadas durante enfrentamientos entre fuerzas antidisturbios y grupos de jóvenes en calles adyacentes a la plaza Sintagma, frente al parlamento, según fuentes del ministerio de Salud.

Los incidentes estallaron cuando un grupo de manifestantes ejerció presión para romper el cordón policial dispuesto en torno a la Asamblea Nacional, y la policía replicó de inmediato lanzando gases lacrimógenos.

Los manifestantes se retiraron entonces hacia las calles adyacentes, rápidamente convertidas en campos de batalla, y lanzaron piedras, y cócteles molotov contra las fuerzas de seguridad.

Los enfrentamientos se prolongaron durante más de dos horas en el centro de la capital.

Un inmueble de una planta, sede de una tienda de cristales de lujo, fue incendiado en el centro de Atenas. Otros 10 edificios vacíos estaban en llamas, en su mayoría por cócteles molotov, según los bomberos.

Decenas de miles de personas habían comenzado a acudir a las 15H00 GMT a la plaza Sintagma para manifestarse, convocadas por las dos grandes centrales sindicales griegas, la GSEE (sector privado) y Adedy (público), así como por la izquierda radical, para protestar contra el ajuste.

La manifestación atrajo a familias enteras, de todas las edades. Un anciano, portando máscara de gas y gafas de natación, intentaba abrirse paso entre la muchedumbre. Entre tanto, un vendedor de máscaras de papel para protegerse de los gases lacrimógenos hacía su agosto.

El compositor griego Mikis Theodorakis también se sumó a los manifestantes en Atenas. “Los diputados se disponen a votar medidas que van a llevar a la muerte a Grecia (…) pero el pueblo no va a ceder”, exclamó.

En el interior del Parlamento, custodiado desde el exterior por unos 3.000 policías, el debate político — abierto a las 09:29 hora local — se desarrollaba con incidentes frecuentes entre las filas gubernamentales y las de la oposición de izquierdas.

Se prevé que el debate concluya con un voto poco después de medianoche (19:00 hora local), en virtud de un proceso de urgencia denunciado por la oposición de izquierda.

El portavoz del grupo socialista, Christos Protoppapas, había reclamado “la mayor cantidad de ‘síes’ posibles” para “lanzar a Europa el mensaje” de que “los griegos están en condiciones” de obrar por el rescate del país.

“Antes de (este) domingo por la noche, el Parlamento debe haber adoptado” el nuevo programa de austeridad dictado por la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), afirmó por su lado el ministro de Finanzas griego, Evangelos Venizelos, al inicio del debate.

“Si esto no ocurre, el país quebrará”, amenazó. “Esto significará un país sin sistema bancario”, comenzó a relatar con voz tensa antes de ser interrumpido por los abucheos de la oposición comunista, a la que el ministro acusó de llevar al país a la “catástrofe”.

En un solemne mensaje televisivo a la nación, el primer ministro, Lucas Papademos, había advertido el sábado que el país, al borde de la quiebra, se jugaba con este voto su supervivencia financiera y su mantenimiento en la zona euro, para evitar el “caos”.

El Parlamento, donde el ejecutivo de coalición socialista y conservadora dispone en principio de una mayoría de 236 votos sobre 300, deberá asumir una “responsabilidad histórica”, añadió.

Sin el aval del plan de austeridad, Grecia no recibirá la ayuda de la UE y el FMI para evitar una suspensión de pagos incontrolada en marzo.

La adopción del proyecto de ley es exigido por la zona euro para desbloquear préstamos públicos de 130.000 millones de euros y la reducción de 100.000 millones de euros de la deuda de Grecia con los bancos y fondos.

Los diputados deberán votar un texto que prevé la reducción del 22% del salario mínimo, que se queda en 586 euros brutos sobre 14 meses, la supresión en el año de 15.000 empleos públicos y nuevos recortes en algunas jubilaciones.

La votación también atañe a un programa de cambio de obligaciones para reducir su deuda del 160% actual a un 120% del PIB de aquí a 2020 mediante la emisión de nuevos títulos de derecho británico cuyo valor se reducirá a la mitad, así como el esquema de recapitalización de los bancos griegos.

El acuerdo gubernamental anunciado el jueves en torno al plan se quebró rápidamente, con la dimisión al día siguiente de seis miembros del gabinete, dos socialistas y cuatro dirigentes de la formación de extrema derecha Laos, que se unió a la coalición de gobierno en noviembre.

El Laos llamó a sus 16 diputados a votar en contra del texto.