Una multitud de fieles llegó este sábado a la Basílica y la Gruta del Santuario de la Virgen de Lourdes, ubicado en Quinta Normal, en una jornada que culminó con la eucaristía y posterior procesión presididas por el Arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati.

A las 20:00 horas, los fieles repletaron la Gruta para participar en la eucaristía presidida por el arzobispo, quien expresó que la Virgen en Lourdes recuerda la invitación a la conversión, la oración y la penitencia.

“María en Lourdes ha venido a recordarnos que somos amados por Dios, que Él es nuestro Padre y que su amor ha sido derramado en nuestros corazones”, dijo Ezzati y en ese sentido, recalcó que la Virgen, en esta pequeña localidad de Francia hace 154 años, “nos recuerda también a los hombres y mujeres de nuestro tiempo que sin la comunión con Dios nuestra vida humana pierde el significado más bello, que es ser amados por Él”.

La jornada concluyó con la procesión por las calles adyacentes al Santuario, encabezada por monseñor Ezzati, con la figura de la Virgen como estandarte de un pueblo fiel que salió a expresar su fe.

La Festividad de Lourdes recuerda el 11 de febrero de 1858, cuando en Lourdes, Francia, la Virgen se le reveló a la pequeña Bernardita Soubirous, de tan sólo catorce años, y en dieciocho sucesivas oportunidades –conocidas como las dieciocho apariciones- le confió un encargo para el párroco y un mensaje para la Iglesia, basado en el Evangelio y las Bienaventuranzas. Dicho mensaje está marcado por la oración, la pobreza, la penitencia y la conversión, acompañadas de signos como el agua, la luz, los enfermos, los pobres y algunos gestos penitenciales.

Finalmente, la Virgen quiso identificarse diciendo “Yo soy la Inmaculada Concepción”, palabras que ratificaban dicho dogma católico proclamado por Pío IX, pocos años antes, el 8 de diciembre de 1854.