El primer aniversario de la caída del presidente egipcio Hosni Mubarak esta marcado por un llamado a una huelga general convocada por militantes pro democráticos para presionar al ejército y lograr que abandone el poder inmediatamente.

Varios grupos, incluidos “Los jóvenes del 6 de abril” que contribuyeron a lanzar la revuelta contra el ex presidente, llamaron a no acudir a las universidades ni a los centros de trabajo.

Un año después de la dimisión de Mubarak, forzada por la presión popular, los militantes que provocaron su caída exigen ahora que el ejército, acusado de perpetuar el antiguo régimen y de reprimir el movimiento pro democrático, traspase el poder a los civiles.

Los estudiantes tienen previsto manifestarse en varias universidades del país y en la plaza Tahrir de la capital, epicentro de la contestación, para exigir la salida del poder del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA) a quien Mubarak entregó las riendas del país cuando dimitió.

“Hago huelga porque la situación del país es mala. No hay ninguna diferencia entre el consejo militar y Mubarak”, aseguró a la AFP Mahmud Magdy, estudiante de economía en la Universidad Aïn Shams.

El llamado a la huelga divide a la población y a las fuerzas políticas. Los Hermanos Musulmanes, que dominan el Parlamento recientemente elegido, se oponen a ella, al igual que numerosos ciudadanos que se quejan de la degradación de la economía y de la creciente inseguridad.

La televisión pública informó que los trabajadores del sector de los transportes no van a secundar la huelga. El diario progubernamental Al Ahram, por su parte, publicó en portada: “El pueblo rechaza la desobediencia civil”.

Tras los llamados a la movilización, el ejército anunció que se desplegaría por todo el país para asegurar la seguridad.

El viernes por la noche, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas advirtió que no cederá a las “amenazas” ni a las “presiones” y denunció que el país es víctima de “complots”.

“Estamos enfrentando complots contra la nación (…) que buscan hacer caer al Estado para que reine el caos”, agregó en un comunicado.

El viernes, miles de manifestantes atravesaron El Cairo hasta llegar al ministerio de Defensa, defendido por la policía militar, con blindados y alambres de espino.

Este sábado, en el barrio del ministerio, algunos partidarios del ejército mostraron su apoyo al CSFA.

El 11 de febrero de 2001, tras 18 días de una revuelta social sin precedentes contra el régimen, el entonces vicepresidente Omar Suleiman anunció en un mensaje televisivo de menos de un minuto de duración la dimisión de Mubarak.

Aclamada primero por la población, la junta formada por una veintena de generales que le sucedieron en el poder prometió facilitare el paso a la democracia y traspasar el poder a los civiles lo antes posible.

Pero hoy está acusada de buscar mantener sus privilegios y de continuar influenciando en la vida política.