Argentina denunció el viernes a Reino Unido ante la ONU por la “militarización” del Atlántico sur, en un nuevo capítulo de la guerra verbal por las Malvinas entre ambos países que llevó al secretario general de Naciones Unidas a pedir “evitar una escalada” en la disputa.

El canciller argentino Héctor Timerman entregó la denuncia en reuniones por separado en Nueva York con Ban Ki-moon, el presidente del Consejo de Seguridad de la ONU, Kodjo Menan, y el titular de la Asamblea General, Abdulaziz Al-Nasser.

“Argentina se ve en la obligación de alertar a la comunidad internacional, a través de los órganos principales de las Naciones Unidas, sobre la creciente militarización británica de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes”, expresó el ministro trasandino.

“La infundada defensa por el Reino Unido de la autodeterminación de los 2.500 isleños no es más que una excusa para el establecimiento de una poderosa base militar que sirva a sus intereses estratégicos en el Atlántico Sur”, agregó.

Según afirmó Timerman en una conferencia de prensa, el Reino Unido “ha cuadriplicado su poder naval” en la zona de Malvinas con el envío de un moderno destructor, el “HMS Dauntless”, y no ha negado las informaciones de prensa sobre la presencia de un submarino nuclear en la zona.

“El Atlántico Sur es el último refugio de un imperio en decadencia” dijo, denunciando además el despliegue de modernos aviones de guerra, polígonos de tiro para prácticas misilísticas y radares en las Malvinas, ocupadas por los británicos desde 1883 y cuya soberanía reclama Argentina.

El Reino Unido rechazó de inmediato las acusaciones a través de su embajador ante la ONU, Mark Lyall Grant, quien también brindó una conferencia de prensa.

Lyall Grant calificó de “absurdas” las denuncias sobre una militarización del Atlántico Sur y aseguró que “no hay cambios” en el aspecto defensivo de las islas desde que el Reino Unido reforzó su protección tras la guerra de 1982.

La guerra por las Malvinas se inició un 2 de abril y concluyó 74 días después con 255 británicos y 649 argentinos muertos en combate y la rendición de las tropas de Argentina.

La tensión entre ambas partes no ha dejado de aumentar a medida que se acerca ese 30 aniversario, con declaraciones cruzadas atizadas por la decisión británica de enviar al “HMS Dauntless” y la llegada del príncipe Guillermo, segundo en la línea de sucesión al trono, para una misión como piloto de búsqueda y rescate de la Fuerza Aérea Real (RAF).

Argentina recibió el apoyo de los países latinoamericanos en su reclamo de soberanía. Además, Brasil, Uruguay y Chile decidieron no permitir el ingreso a sus respectivos puertos de buques con bandera de Malvinas.

El viernes, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, criticó a Gran Bretaña por dar un “tono belicista” a su disputa con Argentina sobre las Malvinas.

Gran Bretaña es uno de los cinco países con poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, junto a Estados Unidos, Francia, Rusia y China.