El canciller argentino, Héctor Timerman, presentará al Consejo de Seguridad de la ONU una denuncia de “militarización” del Atlántico sur tras la decisión de Londres de enviar un moderno destructor a las Islas Malvinas, en disputa de soberanía entre ambos países.

El canciller “se reunirá mañana viernes con el Embajador Kodjo Menan, presidente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, a fin de presentar la denuncia argentina contra la militarización que el Reino Unido está desplegando desde las Malvinas en el Atlántico Sur”, indicó este jueves un comunicado de la cancillería.

El parte añadió que además Timerman informará “personalmente” al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y al presidente de la Asamblea General, Abdulaziz Al-Nasser, sobre “la violación del Reino Unido de cerca de las 40 resoluciones” del organismo que convocan al diálogo entre ambos países para resolver el diferendo por Malvinas, bajo control británico desde 1833.

Gran Bretaña es uno de los cinco países con poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, junto a Estados Unidos, Francia, Rusia y China.

En un acto junto a la oposición y veteranos de la guerra de Malvinas (1982), la presidenta Cristina Kirchner anunció el martes que su gobierno denunciaría formalmente a Londres por esta “nueva militarización, que implica un grave riesgo para la seguridad internacional”.

Al día siguiente, el Reino Unido negó las acusaciones y se amparó en la Carta de las Naciones Unidas para reafirmar su posición sobre el derecho de autodeterminación de Malvinas.

Una escalada de acusaciones se generó tras la decisión británica de enviar a la zona de Malvinas un moderno destructor, el “HMS Dauntless”, y la llegada del príncipe Guillermo, segundo en la línea de sucesión al trono, para una misión como piloto de búsqueda y rescate de la Fuerza Aérea Real (RAF).

El aumento de tensión verbal se produce a menos de dos meses de cumplirse el 30 aniversario de la guerra de las Malvinas, que dejó 255 británicos y 649 argentinos muertos, tras 74 días de combates que concluyeron con la rendición de las tropas de la nación sudamericana, entonces gobernada por una dictadura.

Argentina recibió el apoyo de los países latinoamericanos en su reclamo de soberanía en el archipiélago austral y además sus socios del Mercosur Brasil, Uruguay y Chile (asociado) decidieron no permitir el ingreso a sus respectivos puertos de buques con bandera de Malvinas.