El cáncer que afecta a Arturo Martínez apura definición de candidatos para ocupar la presidencia de la multisindical, en medio de denuncias de poca transparencia y operaciones políticas para perjudicar a los sectores críticos con la actual conducción.

El cáncer de origen prostático que se le detectó al dirigente máximo de la Central Unitaria de Trabajadores, puso en jaque su rol conductor en la organización que preside hace doce años.

La enfermedad lo atacó a mediados del 2011, en pleno auge del movimiento estudiantil y en la mitad de una serie de denuncias que lo acusaron de almorzar en un restaurante de lujo con dineros sindicales.

Sin embargo, la vice presidenta de la central sindical, Yanet Soto, aseguró que la enfermedad del dirigente ya está superada.

El cáncer de Arturo Martínez adelantó la discusión sobre quién presidirá la CUT en los próximos cuatro años, la cercanía de las próximas elecciones, en agosto, desató las disputas internas y acrecentó las críticas a la actual conducción.

La presidenta de la Confusam, organización de los trabajadores de la salud, Carolina Espinoza, aseguró que los actuales dirigentes, con Martínez a la cabeza, son poco transparentes y que no han cedido espacios.

Una de las decisiones que irritó a algunos sectores fue que se ignorara la resolución de los congresos sindicales de cambiar el sistema electoral interno.

El actual, aseguran, le entrega la decisión de quien gana las elecciones a los partidos políticos.

Pero el presidente del Colegio de Profesores, Jaime Gajardo, le puso un freno a las críticas y señaló que las mayorías han elegido a los actuales dirigentes.

Las negociaciones internas se aceleraron en las últimas semanas, y según dijeron fuentes de la CUT, se decidió que Martínez no volvería a postular y que se lanzaría al Parlamento el 2013. En su lugar, quedaría otro militante del Partido Socialista Raimundo Espinoza, de la Confederación de Trabajadores del Cobre.

Los sectores críticos se alinean tras el dirigente de los subcontratistas, Cristian Cuevas.