Cientos de indígenas panameños volvieron a manifestarse este lunes en Panamá contra la minería y las hidroeléctricas en sus territorios, llegando a quemar un cuartel de Policía e hiriendo de gravedad a un agente, informó la policía.

Los disturbios más graves tuvieron lugar en la localidad de Volcán, en la provincia de Chiriquí, donde los indígenas cortaron las principales vías del sector durante varias horas y se enfrentaron a la Policía.

Tras ser dispersados con gases lacrimógenos los manifestantes se dirigieron hacia un cuartel de Policía, al que vandalizaron y prendieron fuego.

“Indígenas vandalizan y saquean Puesto Policial de Volcán, 1 policía gravemente herido en el rostro”, dice la Policía en su cuenta de la red social de twitter.

Según imágenes de la televisora local, ante el repliegue de la Policía los manifestantes rompieron y quemaron las instalaciones y un vehículo.

Algunos manifestantes con el rostro cubierto se apropiaron de una moto policial, con la que dieron vueltas por el lugar en medio del griterío de los presentes.

“El gobierno siempre ha estado dispuesto al diálogo”, dijo a la AFP el ministro de Gobierno, Jorge Fábrega.

Este es el tercer cuartel de Policía que es incendiado en las últimas horas, tras las protestas indígenas.

También hubo incidentes en la ciudad de Colón (norte) y Santiago (oeste) entre manifestantes que apoyaban a los indígenas y policías.

Según medios locales, el número de detenidos en estos dos últimos casos llegaría a la veintena.

Estudiantes universitarios han llamado a paro y los trabajadores de las bananeras han convocado una huelga indefinida en apoyo a las reivindicaciones indígenas.

La etnia Ngöbe Buglé inició el 30 de enero las protestas para exigir que un proyecto que debate el Congreso prohíba la construcción de hidroeléctricas y la explotación de minas en sus comarcas.