Dirigentes indígenas panameños aceptaron dialogar este sábado con el gobierno tras cinco días de mantener bloqueadas varias rutas del país contra el desarrollo de la minería y proyectos hidroeléctricos en sus territorios, informó uno de los líderes de los nativos.

“Hemos aceptado el diálogo (…) dependiendo del resultado reabriremos las vías”, afirmó a la AFP Rogelio Montezuma, portavoz de la Coordinadora por la Defensa y Derechos del Pueblo Ngöbe-Buglé, que organiza la protesta.

El diálogo iba a empezar este sábado en un punto entre las localidades de San Lorenzo y David, en la occidental provincia de Chiriquí, pero la delegación gubernamental no se presentó.

“La invitación es a que levanten el bloqueo que está causando demasiado perjuicio a los panameños y extranjeros y que vengan a la Presidencia”, dijo a la AFP el ministro de Gobierno, Jorge Fábrega.

El viceministro de Gobierno, Javier Tejeira, había afirmado a la AFP que el gobierno tiene “los puentes dispuestos para el diálogo” y precisó que el obispo de Chiriquí, José Luis Lacunza, actuaría como mediador.

“Vamos a proponer en la ley que no habrá minería en la comarca (indígena) y ellos (los indígenas) sabrán si quieren cambiarla después”, dijo el presidente Ricardo Martinelli, quien había advertido el viernes -sin precisar las medidas- que se tomarían “decisiones” si los indígenas rechazaban dialogar.

“Por supuesto que nadie quiere un enfrentamiento pero tampoco pueden eternizar una situación de irregularidad como la que mantienen”, añadió Fábrega, para quien la situación se hace “insostenible”.

El viernes una comitiva del gobierno viajó a la provincia de Chiriquí (oeste) para iniciar un diálogo, con mediación de la Iglesia Católica, pero los líderes indígenas no acudieron.

Apoyados por cerca más de 50 organizaciones populares, cientos de indígenas de la etnia Ngöbe Buglé -la mayor del país- protestan desde el lunes y bloquearon con árboles y piedras varias vías, para exigir que un proyecto que debate el Congreso prohíba la construcción de hidroeléctricas y la explotación de minas en sus comarcas.

“Si prohibimos el desarrollo hidroeléctrico en la principal región hídrica detenemos nuestro desarrollo”, dijo el canciller Roberto Henríquez.

Entre los puntos bloqueados está la frontera entre Panamá y Costa Rica por la localidad de Sixaola (Caribe) y la carretera Interamericana, que conecta a los dos países, fundamental para el comercio.

Aunque Panamá no tiene ejército, Montezuma denunció que hay gran presencia de la policía “para intimidar” a los indígenas y que las zonas en conflicto han sido “militarizadas”.

“Todos los estamentos de seguridad están preparados para cualquier escenario” que se pueda dar en las próximas horas, dijo el ministro de Seguridad, José Raúl Mulino.