Somalia ya no se encuentra en estado de hambruna, tras seis meses de una crisis humanitaria que dejó varias decenas de miles de muertos, pero la situación sigue siendo precaria en este país asolado por la guerra y privado de un gobierno real, advirtió la ONU el viernes.

“Ya no hay ninguna región en Somalia que esté sometida a condiciones de hambruna”, declaró a la prensa el nuevo director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), José Graziano da Silva.

Pero casi un tercio de la población somalí aún necesita ayuda de urgencia, precisó la Unidad de Análisis de la Situación de Seguridad Alimentaria en Somalia de la ONU (FSNAU).

El estado de hambruna había sido declarado por la ONU en las primeras regiones del sur de Somalia el 20 de julio pasado, como consecuencia de una sequía particularmente aguda, agregada a los efectos de la guerra civil que ha devastado a este país del Cuerno de África privado de un gobierno central efectivo desde 1991.

Sin embargo, la movilización de la comunidad internacional, aunque tardía, seguida de una estación de lluvias particularmente intensas, permitió cambiar la tendencia.

En noviembre pasado, la ONU había declarado que tres de las seis regiones del sur del país hasta entonces en situación de hambruna –Bey, Bako y el Bajo Shabelle– ya no lo estaban.

Ese es el caso ahora de las tres regiones más afectadas, es decir las partes de Mogadiscio así como la región de Afgoye, a 30 km al sur de la capital somalí, que habían recibido a decenas de miles de personas desplazadas por la sequía en el peor momento de la crisis, según las últimas cifras publicadas el viernes por la FSNAU y por el sistema estadounidense de alerta contra la hambruna (Fews Net).

Pero “esos logros siguen siendo frágiles y pueden ser anulados sin un apoyo continuo” de la comunidad internacional”, advirtió Mark Bowden, coordinador humanitario de las Naciones Unidas para Somalia.

“La situación humanitaria sigue siendo muy crítica en Somalia, donde “el índice de decesos (…) sigue siendo uno de los más elevados del mundo”, explicó.

Hay aún en Somalia 2,34 millones de personas afectadas por la crisis” resultado de la sequía, destacó ante la prensa Jose Graziano da Silva. “Si no continuamos con la ayuda a esa gente (…) no sobrevivirán y volverá la hambruna”, advirtió.

“Tenemos menos de cien días para evitar una nueva hambruna en la región”, prosiguió el director de la FAO. “No se puede evitar la sequía, pero se pueden adoptar medidas para evitar que se transforme en hambruna”, estimó.

La crisis alimentaria en Somalia ha costado la vida a “decenas de miles de personas” en 2011, de las cuales más de la mitad eran niños de menos de cinco años, indicó Grainne Moloney de la FSNAU, explicando que era extremadamente difícil dar una cifra más precisa.

En diciembre de 2011, las Naciones Unidas lanzaron un llamado para reunir 1.500 millones de dólares para ayudar a Somalia este año.

La crisis alimentaria sigue siendo grave en el Cuerno del África, donde 9,5 millones de personas siguen dependiendo de una ayuda de urgencia, contra 13,3 millones en septiembre pasado.

Por otra parte, más de un millón de personas, es decir 100.000 más que el año pasado, podrían encontrarse en gran inseguridad alimentaria en 2012 en el Sudán del Sur, advirtió la FAO.