Fue un golpe bajo el que recibió José Cornejo, cuando supo que su carrito de venta de jugos y mote con huesillos estaba sumergido en el río Calle Calle. Es su herramienta de trabajo que maneja junto a su esposa y un joven asistente.

Cuando le contaron, supo que la persona que estaba a cargo del carro salvó de milagro, un joven que estudia en la Universidad Santo Tomás y trabaja vendiendo jugos para juntar el dinero de su matrícula universitaria.

En la costanera, detrás de la Escuela México, una camioneta roja marca Chevrolet se excedió en velocidad, subió a la berma y chocó al carrito lanzándolo al agua, haciendo desaparecer la mercadería. El joven se salvó, pero el vehículo se dio a la fuga, sin importarle el daño provocado.

Las pérdidas superaron los 100 mil pesos, dinero clave para cubrir las necesidades de esta familia de esfuerzo, que día a día, como tantos otros ciudadanos, trabaja para suplir sus necesidades.

La familia afectada hizo un llamado a la persona que conducía la camioneta se entregue, y también a cualquier testigo del hecho, para así dar con este responsable.

También pidió a los demás conductores que transitan por la costanera a que no utilicen esa vía como pista de carrera, que por descuidos o imprudencias innecesarias pueden quitar vidas o destruir sueños.