El magistrado del Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago, Jaime Fuica, declaró admisible una querella criminal presentada por el fotógrafo Jordi Castell en contra del comediante Stefan Kramer por rutinas que, a juicio del denunciante, dañaron su dignidad como persona y se basaron en prejuicios sobre su orientación sexual homosexual.

Tras conocer la demanda de Castell, patrocinada por los abogados del Movilh Jaime Silva y Fernando Muñoz, el magistrado Fuica programó además una “audiencia de conciliación y eventual reparación de juicio oral simplificado” para el viernes 16 de marzo a las 14 horas en la tercera sala del Juzgado.

En la acción judicial, el fotógrafo alega ser víctima de “injurias graves reiteradas”, demandando tres años de reclusión menor en su grado medio y una multa de 20 UTM para Kramer, tras sus rutinas de los pasados 6 de octubre y 21 de diciembre en el Movistar Arena, donde entre otros, el comediante imitó al fotógrafo y al alcalde de Santiago, Pablo Zalaquett.

En dichas presentaciones, el personaje que imita a Castell habría dado a entender que se introducía una botella por el ano, tocó los testículos de Kramer y acosó sexualmente al imitador y a la caricatura que encarna al alcalde de Santiago, Pablo Zalaquett,

En ambos casos, señala la querella, se hizo “una caricaturización” de Castell “ de manera tal que todo el público asistente entendió que era él quien estaba siendo representado”. Además, se precisó que “anteriormente y en reiteradas oportunidades” el fotógrafo había señalado a Kramer que las rutinas de ese tipo “lo humillaban y afectaban seriamente su dignidad y reputación”.

Cabe destacar, que la querella explica que la situación que se reclama en este caso “consiste en la imputación de conductas sexuales socialmente mal consideradas, tales como la penetración anal con objetos y la promiscuidad sexual. A la luz de los estereotipos sociales existentes contra la diversidad sexual, esta conducta es doblemente injuriosa por cuanto refuerza prejuicios empleándolos en el contexto de una transacción comercial, como lo es el negocio del espéctaculo”, añade la querella.

Asimismo, se indica que el hecho se agrava al realizar Kramer “sus imitaciones de manera pública frente a miles de personas, incluyendo en ocasiones a parientes, amigos y otros cercanos” a Castell.

El texto puntualizó que “en una sociedad heteronormativa como la nuestra, esto es una sociedad cuyas instituciones sociales están estructuradas para satisfacer exclusivamente las necesidades y expectativas de la población heterosexual, la imputación de conductas sexuales desordenadas” a los ojos de algunos “constituyen una forma de agresión particularmente afrentosa”.