Señores BioBioChile:

Cuando el país estaba convulsionado por conocer -después de 9 años- qué había pasado en la ruptura de Kenita e Iván Zamorano, yo y mi familia corríamos para ver qué hospital podía recibir a mi abuelita de 96 años que estaba grave.

Entiendo que los tiempos han cambiado y siguen cambiando a una velocidad cada día más rápida. La era industrial está dando paso a la era de la información en la que la comunicación se realiza de forma instantánea y en la que el trato cordial va dejando atrás los antiguos formalismos y protocolos que se venían usando.

En virtud de aquello y utilizando estos cambios tan significativos para la sociedad mundial, es que no puedo dejar de decir lo que siento ante una situación personal que afecto a mi familia y, por qué no decirlo, afecta a muchos chilenos y chilenas.

Solo para contextualizar, mi abuelita materna hacía dos años se encontraba en una casa de reposo. Tenía una sola hija viva, ya que en el año 53 había fallecido su hijo mayor y el 2009 su segunda hija.

El jueves pasado, 19/01/2012, recibí una llamada de la dueña de la casa de reposo donde se encontraba mi querida abuelita. Era urgente ya que ella estaba en condiciones graves avalada por la Help que se encontraba allí.

Conversé telefónicamente con el Doctor a cargo de la Help, quien me manifiesta la gravedad de su estado y la urgencia de trasladarla a un centro hospitalario de inmediato.

Ante la consulta del doctor llame a mi tía (su única hija) para ver cómo podíamos proceder frente a esta situación. Dónde la trasladábamos, ya que ella no estaba en Santiago, a lo cual me responde al Hospital de la Católica.

En los momentos en que tenía esta conversación con mi tía, un familiar iba camino a la casa de reposo para ver qué estaba sucediendo.

Es aquí donde comienza nuestro dolor y rabia que podrán entender con las líneas que expresaré mas adelante.

Nos damos cuenta de la gravedad de mi abuelita y, como se tenia el dato de trasladarla al hospital de la Católica, llaman por teléfono, a lo cual responden que no la pueden recibir luego de consultar la edad. Lo mismo ocurre con los Hospitales Públicos que, según nos señala el doctor de la Help “la van a dejar en un pasillo, nadie la va atender por su avanzada edad”. Prueba de ello es que ya nos había pasado en otra oportunidad, donde la tuvieron de las 14 hasta las 18 horas sin que nadie la revisara.

Surge una alternativa: el “Hospital Militar”, al que llamamos en ese momento. La doctora de turno pregunta la edad y si éramos “pudientes”, por lo cual responde que no puede recibirla. Ante la insistencia indica que nos va llamar. Esto se prolongó al menos unos 25 minutos, donde responde que van a permitir el ingreso por urgencia.

Cuando llegamos a este Hospital, la doctora de turno se acerca a mi prima y lo primero que pregunta de que “clase socioeconómica somos”, “si somos pudientes” mientras mi abuelita se debatía entre la vida y la muerte.

Doy a conocer estos antecedentes no porque busque beneficios frente a lo sucedido, sino porque esto no puede seguir pasando con nadie de este país. La salud es un negocio, eso está claro. Ya me pasó con mi madre hace dos años atrás, quien sufría un cáncer, pero la dieron de alta con una bronconeumonía que a los 7 días la llevó a la tumba.

Mi abuelita trabajó muchos años. Dio todo por este País y así es retribuida en sus últimos momentos de vida.

Doy a conocer otros datos que me parecen relevantes:

1. Ella recibía dos pensiones, una por su jubilación y otra por viudez. En ambas le descontaban el 7% obligatorio de salud, pero en su liquidación de diciembre le informan que su aguinaldo lo recibirá en febrero 2012. Sólo uno por cierto, que vergüenza. Son los adultos mayores los que mas necesitan… pero estamos creciendo a cifras nunca antes logradas…este Gobierno piensa en todo y en todos… este año nos dedicaremos a las reformas sociales…al pueblo.

Increíble por decir algo…

Ahora el Estado se lo puede ahorrar. Ya no lo necesita: ella falleció el 22/01/2012.

Como es posible este trato con nuestros adultos mayores, usados en las campañas electorales solo para lograr los tan preciados “VOTOS”.

2. La Ley de Urgencias no corre para los ancianos como mi abuelita. Hay que pagar y punto, o de lo contrario quedan en un pasillo o sencillamente se mueren. Ahora entiendo cuando una conocida me dijo que en los hospitales públicos dejaban a los ancianos cerca de las ventanas (abiertas) para que les diera bronconeumonia, se murieran y dejaran de usar las tan preciadas camas.

Mi madre estaba al lado de una “ventana”.

Resulta increíble que un país entero pueda ver un programa de televisión donde invitan y pagan a panelistas por hablar de cosas sin importancia. ¿Dónde están los “VALORES”?

Lo único que importa es el rating. Los pobres, los ancianos, sólo sirven o ayudan para aparecer en televisión y lograr los votos, lo que pase después a nadie le importa sólo al afectado.

Como nieta, como hija, como hermana, como sobrina, como madre, como esposa y CHILENA… les pregunto, ¿dónde esta el respeto que el ESTADO debe tener por los DERECHOS FUNDAMENTALES de los chilenos/as que señala la “CONSTITUCION POLITICA DE CHILE”?… ¿no son los DIPUTADOS los que deben fiscalizar el accionar del ESTADO?

Sé que es mas entretenido ver el programa “PRIMER PLANO” por 3 horas y saber qué va decir la Kenita sobre Iván y ese panel que, me cuentan, era por decir lo menos patético.

Espero que esto los haga reflexionar y hacer lo que se debe por la gente de un país… los chilenos/as.

SU NIETA,
Bárbara
(Envíado a Plaza Santiago de BioBioChile)