La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, comenzará este lunes en Cuba una visita de menos de 48 horas con una agenda básicamente económica y de cooperación, aunque no exenta del espinoso tema de los derechos humanos.

La visita, en el marco de una gira que también la llevará a Haití, se vislumbra como continuidad del acercamiento bilateral iniciado por su antecesor, Luiz Inacio Lula Da Silva (2003-2010).

Precedida de una visita del canciller brasileño, Antonio Patriota, hace 15 días, su presencia en La Habana busca “profundizar el creciente diálogo y cooperación bilateral, con énfasis en la agenda económica”, dijo la cancillería brasileña antes del viaje.

Rousseff llegará hacia las 16H45 locales (21H45 GMT) de este lunes a la capital cubana y el martes será recibida por el presidente Raúl Castro en el Palacio de la Revolución, según el programa entregado a la prensa. El miércoles en la mañana viajará a Haití.

Aunque no figura en el programa, podría sostener un encuentro con Fidel Castro, de 85 años, alejado del poder desde 2006 por enfermedad, en virtud de la cercanía del padre de la revolución cubana y Lula, así como por la propia trayectoria de Rousseff, una ex guerrillera de izquierda que fue encarcelada y torturada bajo la dictadura brasileña (1964-1985).

Rousseff llega a Cuba cuando ambos países acaban de sellar en 2011 su mejor año comercial, con la cifra récord de 642 millones de dólares, lo que consolida a Brasil como el segundo socio latinoamericano de Cuba, después de Venezuela.

De esa cifra, 550 millones corresponden a exportaciones brasileñas a la isla, una balanza muy desequilibrada, que ambas partes quieren corregir.

Según fuentes brasileñas, podría concretarse un acuerdo de producción conjunta de medicamentos genéricos, para los cuales Cuba ha desarrollado tecnología y Brasil constituye un atractivo mercado.

A pesar de la apertura de Cuba al capital extranjero, la única inversión conjunta es la fábrica de cigarrillos BrasCuba, con más de 15 años de funcionamiento.

Bajo el mandato de Lula, la petrolera Petrobras abrió una oficina en Cuba y suscribió con la cubana Cupet un contrato para la prospección y explotación petrolera en la Zona Económica de Cuba en el Golfo de México, pero luego se retiró ante la aparición de vastos yacimientos en su propio país.

La llegada de Rousseff coincide con el inicio de las perforaciones en esa zona, a cargo de la compañía española Repsol.

Se espera que la presidenta visite las obras de ampliación y modernización del Puerto del Mariel, 50 km al oeste de La Habana, para las cuales Brasilia ha aprobado un crédito de 450 millones de dólares, para obras de infraestructura, que ejecuta la brasileña Odebrecht con constructoras cubanas.

Ese puerto, que visitó Lula al inicio de las obras y el canciller Patriota hace 15 días, es la obra de infraestructura más importante que lleva a cabo el gobierno de Raúl Castro, y deberá contar en 10 años con una terminal de contenedores, almacenes, una zona industrial y un puerto petrolero.

Rousseff llega a Cuba cuando Raúl Castro impulsa reformas económicas aprobadas en abril de 2011 por el VI Congreso del Partido Comunista (único), que este fin de semana celebró una inédita Conferencia Nacional para modernizarse, pero sin abandonar el monopolio del poder.

Esta es la primera visita de un mandatario extranjero luego de la muerte del opositor preso cubano Wilman Villar, de 31 años, en una huelga de hambre el 19 de enero, que desató críticas a La Habana desde el exterior y muestras de dolor e ira entre la disidencia interna.

Se descarta que Rousseff celebre algún encuentro con disidentes cubanos, aunque Brasil concedió visa a la bloguera opositora cubana Yoani Sánchez para visitar ese país, aunque debe obtener permiso del gobierno para salir de la isla, que se lo ha negado anteriormente.

Aunque Rousseff ha incluido los derechos humanos en su discurso político actual, el tema no parece estar incluido en su agenda en La Habana.

El canciller Patriota dijo a la prensa que “mo nos parece una situación emergente, hay otras situaciones mucho más preocupantes, como por ejemplo en Guantánamo”, en referencia a la prisión de Estados Unidos en esa base en Cuba.

Rousseff partirá el miércoles a Haití, donde Brasil encabeza la misión de cascos azules de la ONU.