Un presunto miembro del cártel de Los Zetas fue detenido y confesó haber cometido al menos 75 asesinatos, entre ellos de rivales, autoridades y civiles, sobre todo pasajeros secuestrados en autobuses, informó este lunes el gobierno de Nuevo León (norte de México).

Enrique Aurelio Elizondo Flores, apodado “El Árabe”, de 35 años, fue presentado a la prensa por la procuraduría (fiscalía) de Nuevo León tras ser detenido el 20 de enero. En sus interrogatorios reconoció participación en 75 homicidios.

“Aunque por los datos que nos ha dado se desprende que son 75 las víctimas, pensamos que puede pasar de los 100 asesinatos”, dijo a la prensa el fiscal Adrián de la Garza.

Los Zetas son señalados por el gobierno como responsables de cientos de asesinatos de pasajeros que secuestraban en autobuses que viajaban por el noreste de México rumbo hacia Estados Unidos.

“El detenido confesó que en marzo de 2011 secuestraron un autobús (de pasajeros) y que él personalmente participó en el homicidio de 35 personas. En enero de 2011 secuestraron otro autobús con 50 personas (…) y él acribilló a 15″, añadió.

Uno de los autobuses de pasajeros secuestrados viajaba desde el vecino estado de Tamaulipas (noroeste) y otro de Guanajuato (centro).

El detenido también confesó haber participado del asesinato de seis policías del poblado de Cerralvo en abril de 2011 y admitió el asesinato de una menor de seis años, además de que calcinó y enterró el cuerpo de otra niña que murió por fuego cruzado en una balacera.

El fiscal explicó que el detenido dijo que los secuestros en los autobuses los realizaba junto a otros seis hombres y que tenían orden de matar a los civiles que se negaran a sumarse al grupo criminal.

En abril de 20011, las autoridades localizaron 193 cadáveres en el poblado de San Fernando, en el estado de Tamuulipas, y dijeron que la gran mayoría eran de pasajeros secuestrados.

Las pugnas entre los cárteles de la droga y la ofensiva militar del gobierno han dejado unos 50.000 muertos en cinco años, entre ellos un número indeterminado de civiles ajenos al crimen organizado.