Cientos de indígenas amazónicos comenzaron a recorrer los últimos 15 kilómetros que separan la ciudad de El Alto de La Paz, sede del gobierno boliviano, donde pedirán al presidente Evo Morales la anulación de una ley que prohíbe la construcción de una ruta en una reserva ecológica.

Unos dos mil indígenas que recorrieron a pie unos 400 km durante 40 días fueron recibidos en El Alto por el alcalde de esta ciudad, Edgar Patana, y sectores civiles, que les expresaron solidaridad en medio del frío y la llovizna.

“Hemos caminado para pedir que el presidente (Morales) permita la construcción” del tramo carretero entre Villa Tunari y San Ignacio de Moxos y “llegaremos a plaza Murillo (de La Paz, sede del Ejecutivo y del Legislativo) para exigir la anulación de la ley” que prohíbe la construcción en la zona, dijo Gumercindo Pradel, que encabeza la caminata.

Los indígenas amazónicos consideran que la ruta aumentará su grado de desarrollo y mejorará sus condiciones de vida.

Los indígenas de las tierras bajas, habituados a temperaturas tórridas, llegaron a El Alto enfundados en gruesas chaquetas, chalinas y gorros, donados por organizaciones civiles y habitantes de esa ciudad, ubicada a 3.800 metros de altitud.

La caminata cuenta con la simpatía de los miembros del oficialismo, incluso del presidente Morales, quien se quejó de la poca difusión y apoyo que hasta el momento ha recibido el movimiento.

Morales anunció que recibirá a una delegación de los indígenas al final de la tarde, según dijo la ministra de Comunicación, Amanda Dávila, en rueda de prensa en la casa de Gobierno.

Una marcha anterior de indígenas amazónicos forzó a Morales en octubre de 2011 a promulgar una ley que prohíbe la construcción de carreteras en el Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro-Sécure (TIPNIS), reserva natural a la que también declaró zona intangible.