Las autoridades japonesas empezaron a estudiar los animales y vegetales en los alrededores de la central nuclear accidentada de Fukushima con el fin de determinar el impacto de fuertes radiaciones ionizantes en sus genes, indicó este lunes un responsable gubernamental.

Los científicos extraen muestras de ratones de campo, pinos rojos, cierto tipo de crustáceos y otros elementos de la flora y fauna salvajes dentro y cerca de la zona prohibida de 20 km de radio alrededor del complejo atómico, explicó un funcionario del Ministerio de Medio Ambiente.

“Se trata de estudiar los efectos de la fuente de radioactividad presente en dicho perímetro sobre los cromosomas y funciones reproductoras de animales y plantas”, precisó.

El Ministerio ha previsto publicar en marzo un primer informe sobre estas investigaciones de expertos en la zona prohibida donde sobreviven muchos animales en estado salvaje.