El diario mexicano ‘El Norte’ y su suplemento deportivo ‘Cancha’, se trasladó hasta la zona central de nuestro país para retratar la otra cara de la moneda geográfica de Humberto Suazo.

Ya en la portada del inserto, el titular da claras luces de la orientación de la nota: “Olvida las raíces”, dice junto a fotografía del ariete nacional del Monterrey azteca.

La historia comienza con el enviado especial camino a San Antonio, en donde aparecen partes de los diálogos del emisor con gente de la zona.

Marcelo, trabajador de una vulcanizadora a la entrada del puerto, es uno de los primeros en ser citado, ya que dice conocer bien al futbolista, con quien jugó en la niñez, pero reflejando que no le tiene en buena estima.

“Aquí nadie le quiere porque se olvidó de nosotros, de todas sus raíces. Vayan a Llolleo, allá encontrarán todo”, precisa y aconseja, cuestión que el enviado especial habría seguido al pie de la letra.

“¿Querer venir acá? Pero aquí no hay nada para él. cuando viene ni siquiera podemos verlo. Él cambió tanto… Al menos que quiera estar cerca de la madre, como dice, pero ¿qué no puede llevársela?”, ‘se pregunta Alma, una vecina, para quien Llolleo fue olvidado de la mano de Dios’.

La publicación también señala que ‘Chupete’ se habría olvidado de igual forma del Torino, primer club infantil de Suazo, que supuestamente nunca ha recibido apoyo del delantero.

Su mamá vende pan para sobrevivir

La situación central de la nota se enfoca en la madre del goleador, con ese mismo titular. “Desde la primera vez que Humberto Suazo le solicitó a la directiva de Rayados su transferencia, lo hizo cobijado por el que parecía un genuino interés de vivir cerca de su madre”, dice el periodista, poniendo en duda la razón argüida por Suazo.

“Sin lujos… Margarita de las Nieves Pontivo, madre de Suazo, vive en una casa muy pequeña y sencilla junto a su hija Pamela, en la parte alta de una colina en Llolleo, municipio de San Antonio”, dice la nota.

Agrega que los vecinos confirman lo que a esas alturas ya es una convicción para el redactor.

“La casa en donde Margarita vive junto a su hija Pamela es poco menos que un palomar, muy diferente a la finca campestre que Suazo se construyó en un balneario en las partes bajas de San Antonio, donde pernocta durante sus visitas”, dice.

“Alejadas de cualquier tipo de lujo, las mujeres no atienden al llamado de la puerta. Sólo a la distancia se aprecia cómo alguien sale al patio para voltear en el horno las empanadas”, agrega.

Para condimentar la historia, se asegura: “Margarita y Pamela venden empanadas y pan dulce para sobrevivir y, de paso, ayudar a Antonio, el tío de Humberto, postrado en la cama, agonizando, sin dinero para comprar los más de 80 pañales que consume mensualmente. Con todo y el cáncer gástrico que padece, Margarita se las arregla para cocinar el pan y tenderle una mano a Antonio”.

“¿No creían esto, verdad? Una cosa es que él no quiera saber nada más de la gente que lo ayudó, ¿pero de su madre?, ¿de su tío que tanto le ayudó cuando niño?”, espeta “Dulce”, una de las amigas más cercanas de Margarita, dice parte del texto.

Su primer DT

Sin embargo, algo de ‘bondad’ también la historia, al citar parte del diálogo con Marcial Jeria, primer DT de Suazo, quien aún siente orgullo del delantero y muestra la camiseta que utilizó ‘Chupete’ en el Club Torino.

“Acá venían de pueblos cercanos, de otros clubes a verlo, era un espectáculo. Recuerdo perfectamente el día en que el padre, el gran ‘Peyo’, me lo encargó a mí, me dijo que hiciera de su hijo un jugador”, narra Jeria, quien se convirtió en el guía del jugador ante su padre ya enfermo y hasta el día de la muerte de Pedro Suazo en 1999.

“Humberto sólo necesitaba de un técnico como (Claudio) Borghi que lo tratara como un padre, es un jugador que necesita mucho cariño, que necesita de muchas atenciones… Cuando está bien nadie lo para”, añade Jeria, inundado de recuerdos.