El favorito para la investidura presidencial republicana, Mitt Romney, enfatiza sus credenciales conservadoras en su mensaje de campaña para las primarias del martes en el estado clave de Florida (sureste), en un intento por sacar ventaja a su inmediato perseguidor, Newt Gingrich.

A tres días de que los republicanos de Florida se pronuncien sobre el candidato que prefieren que se enfrente a Barack Obama en noviembre, Romney dirige duras acusaciones al presidente acusándolo de débil en cuestiones de política exterior y militares frente a una multitud repleta de veteranos de guerra.

“Creo que tiene la visión de que Estados Unidos está en declive y que la mejor apuesta para el país es apaciguarse y dar cabida a los peores actores del mundo”, dijo Romney, tratando de captar a la parte más conservadora del partido, a la que se percibe como fría respecto a su candidatura.

Mientras que Romney se adelanta en las encuestas en Florida, todavía debe captar adeptos en la parte más extrema del partido, lo que le obliga a permanecer en una carrera de fondo con el expresidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich.

Según la encuesta de Real Clear Politics, Romney lidera en el Estado con 40% de la intención de voto, frente al 31% de Gingrich. El ex senador Rick Santorum y el congresista tejano Ron Paul siguen la lista con 12% y 9% respectivamente.

Pero luego de una victoria de Gingrich en Carolina del Sur, Romney tiene que demostrar todavía que puede ganar en el fuertemente republicano sur del país.

Una victoria en Florida lanzaría con fuerza el mensaje de que Romney tiene las credenciales para ganar la interna republicana.

Luego de días haciendo campaña en el más diverso de los estados del sur, Romney cambió su enfoque del empleo y la economía a cuestiones de política exterior y militar.

Flanqueado por el anterior candidato presidencial y prisionero de Vietnam, el senador por Arizona John McCain, Romney criticó a Obama más que a sus rivales republicanos, y dirigió hacia él sus más duros golpes.

“La política exterior de agradar no está funcionando maravillosamente bien”, dijo, citando a Corea del Norte, Irán, Cuba y Venezuela.

Tratando de marcar el contraste con el presidente, Romney prometió no recortar el gasto militar: “Añadiría 100.000 miembros de personal activo a nuestro ejército. Quiero asegurarme de que reconstruyamos la Marina, la Fuerza Aérea, que tenemos el personal que necesitamos -en servicio activo- y que nos preocupamos por nuestros veteranos en la forma en que merecen ser tratados”.

“¿Cómo se puede siquiera imaginar recortar la escala y la capacidad militar de Estados Unidos? Yo no puedo imaginarlo”, añadió.

“Me aseguraré de que nuestra fuerza militar sea tan fuerte que nadie en el mundo se atreva a ponerla a prueba”, insistió.

Los ataques de Romney al presupuesto militar del gobierno ocurren luego de que Obama propusiera un recorte de 100.000 efectivos de las fuerzas armadas luego de que Estados Unidos, en medio de una fuerte deuda pública, terminara las guerras de Irak y Afganistán tras más de una década de lanzadas.