Los socorristas continuaban el sábado la búsqueda de víctimas entre los escombros de los tres edificios que colapsaron en Rio de Janeiro, donde fueron hallados 17 cadáveres, mientras las autoridades inspeccionarán edificaciones vecinas para comprobar si sufrieron daños.

Del total de 17 víctimas fatales, ocho ya fueron identificados por familiares en la morgue.

Los cuerpos de rescate, que trabajaban originalmente con una lista de 26 personas desaparecidas en el accidente, hicieron un recuento y llevaron la cifra a 22, esperando hallar los cinco cuerpos restantes en las próximas horas.

“Aún trabajamos con el número de cinco desaparecidos, pero ese número puede ser alterado. Ya se dio el caso de personas que buscaron por un desaparecido, pero la persona apareció”, explicó Sergio Simoes, secretario de Defensa Civil del estado de Rio, que el viernes descartó la posibilidad de sobrevivientes.

Un cuerpo fue hallado entre los escombros retirados del lugar del siniestro, por lo que las autoridades harán el sábado una nueva revisión del material removido para descartar que hayan otros cadáveres o partes humanas.

“No queremos que eso pase, pero siempre existe ese riesgo. El rescate del cuerpo pasó en un momento crítico”, añadió Simoes.

Las brigadas de rescate, que trabajan ininterrumpidamente desde la catástrofe del miércoles en la noche, aspiraban cerrar las labores de búsqueda este sábado, enfocadas en el sótano del edificio, donde ya hallaron dos cuerpos y con perros rastreadores esperan encontrar más víctimas.

Las tres construcciones, de veinte, diez y cuatro pisos, colapsaron casi de manera simultánea por causas todavía no determinadas, aunque la tesis que más cobra fuerza es la de un problema estructural.

El edificio Liberdade, el más alto y primero en caer, fue construido en la década de 1940 con la técnica de concreto armado, muy popular en Brasil.

Fotos divulgadas por la prensa muestran los cambios radicales que sufrió la edificación en los últimos años: ventanas abiertas a los laterales, que soportan la estructura, y una ampliación de la fachada de los últimos pisos.

“El problema son las modificaciones hechas sin acompañamiento de fiscales públicos. Tiene que haber más participación de la alcaldía que hoy no está obligada a conceder licencias para modificaciones internas”, comentó Manoel Lapa, del club de Ingeniería de Rio.

Según el administrador del edificio, todos los cambios externos fueron autorizados por la alcaldía de Rio.

Ocho días antes del desplome, una remodelación había comenzado en el noveno piso.

Técnicos de Defensa Civil de Rio comenzarán el sábado de tarde una inspección a dos edificios vecinos a los derrumbados –aún desalojados– para determinar si sus estructuras sufrieron daños.

“Un día después del accidente, Defensa Civil hizo un análisis inicial y constató que no hubo daño en los edificios. En esta nueva evaluación, los técnicos evaluarán si los edificios que fueron desalojados por medidas de seguridad pueden ser reabiertos el lunes”, explicó Simoes.

Las autoridades constataron además que “hubo daños” en el histórico Teatro Municipal, ubicado al lado del Liberdade, aunque sin precisar detalles.

El sábado se cumplía el segundo de los tres días de duelo decretados en Rio, a raíz de una tragedia que encendió las alarmas sobre la antigua y obsoleta infraestructura de la ciudad que se prepara para recibir el Mundial de fútbol en 2014 y los Juegos Olímpicos en 2016.