La rusa Maria Sharapova, que el sábado se enfrenta a la bielorrusa Victoria Azarenka en la final del Abierto de Australia, busca una victoria en la misma cancha donde hace cuatro años ganó su último trofeo de Grand Slam, con el objetivo de volver a la élite del tenis femenino.

La ganadora de la final, a la que Azarenka llega por primera vez, también se convertirá en la sucesora en la cabeza del ranking mundial de la danesa Caroline Wozniacki.

Sharapova (N.4) ya fue número 1, la última vez en julio de 2008, mientras que Azarenka nunca superó el tercer lugar, en el que está desde septiembre de 2011.

Una victoria de la rusa, de 24 años, sería la confirmación de su estatus de campeona y también una recompensa a su perseverancia, en una carrera que se vio frenada por una grave lesión en un hombro.

Por su parte Azarenka, una jugadora cuyo potencial es conocido desde sus primeros pasos en el circuito profesional en 2006 pero a quién le falta a veces fortaleza física y mental, confirmaría su talento en caso de victoria.

El último título de Grand Slam de Sharapova remonta al Abierto australiano de 2008 y fue su tercero, tras haber ganado Wimbledon en 2004, el torneo que la dio a conocer a los 17 años, y luego el Abierto de Estados Unidos en 2006.

Pero en octubre de 2008 tuvo que ser operada de la espalda y estuvo de baja ocho meses. No fue hasta la primavera de 2011, con un título ganado en Roma y luego una final perdida en Wimbledon, que volvió a recuperar su nivel.

Eso explica la alegría de Sharapova el jueves, cuando se aseguró un lugar en la final al derrotar a la checa Petra Kvitova (N.2), la tenista que la había ganado en Wimbledon el año pasado.

“Para mi significa mucho estar de nuevo en una final de un torneo de Grand Slam tras haber perdido en las primeras rondas en los últimos años”, dijo tras el partido.

Si Sharapova pueda contar con su experiencia (se trata de su sexta final en un Grand Slam) la rusa también sabe desde su fracaso en Wimbledon que es suficiente.

Azarenka, su rival del sábado, está dispuesta a luchar en su primera final de un ‘grande’, igual que hizo Kvitova en Wimbledon.

“Kvitova jugó un tenis de mucha calidad y no le afectaba estar en una gran final. Es igual que Victoria (Azarenka), que nunca llegó a esta fase de un torneo de Grand Slam pero ya ganó muchos títulos y tiene experiencia. Me espero un muy buen tenis de su parte”, dijo la rusa.

Azarenka, de 22 años, que igual que Sharapova nació en un país de la ex Unión Soviética y luego se fue muy joven a entrenarse a Estados Unidos, ha sido sin embargo víctima de los nervios en algunos momentos clave de su carrera.

En 2010, en Melbourne, cayó en cuartos de final contra la estadounidense Serena Williams a pesar de que se había llevado el primer set e iba ganando 4-0.

Pero desde que entrena con el francés Samuel Sumyk Azarenka está aprendiendo a conservar la calma, como hizo en la semifinal del jueves contra la belga Kim Clijsters, la campeona vigente, en un partido muy tenso.

“He crecido como jugadora y como persona e intento aprender de mis errores del pasado para mejorar”, dijo tras ese partido.