El español Rafael Nadal y el suizo Roger Federer, segundo y tercero del mundo, disputarán el jueves en Melbourne, en las semifinales del Abierto de Australia de tenis, el vigesimoséptimo partido de un duelo que ya es mítico en la historia de este deporte.

Ambos han sido los grandes dominadores del circuito en los últimos años, hasta que el serbio Novak Djokovic abandonó en 2011 su papel de ‘tercero en discordia’ para pasar a ocupar por fin un papel protagonista, colocándose como nuevo número uno.

En esta ocasión, para el capítulo 27 de la rivalidad Nadal-Federer, la superficie dura beneficia teóricamente al suizo.

“Cuando jugamos sobre este tipo de superficie, él es siempre el favorito”, declaró Nadal, que se siente mucho más cómodo sobre tierra batida.

El helvético domina 5-4 al español en sus enfrentamientos anteriores en pista dura, pero la mayoría de esas victorias han llegado bajo techo en el Masters de final de temporada, una cita a la que Nadal nunca llega en un gran estado físico y donde acostumbra a firmar resultados muy discretos.

La semifinal del jueves se disputará en la tarde-noche de Melbourne, con un clima más fresco, lo que podría ralentizar la bola.

“Va a ser un poco más atlético y duro”, destacó Federer, que dijo estar “preparado” para un partido así.

Nadal, por su parte, sabe bien lo que es ganar al suizo en pistas más rápidas que la arcilla y en duelos muy importantes, como en las finales del Wimbledon de 2008 y la del Abierto australiano de 2009.

Por estado de forma, Federer parece reforzado: terminó 2011 con una racha de 17 victorias seguidas y en el inicio de este año sólo una molestia en la espalda hizo que abandonara antes de jugar de las semifinales en Doha.

Tuvo tiempo para recuperarse y preparar el Abierto de Australia, donde ha rendido a un altísimo nivel, especialmente ante rivales complicados como Bernard Tomic y Juan Martín Del Potro, sin perder un solo set.

“Hasta ahora he estado extremadamente sólido. Estoy realmente contento con mi juego. Estoy sacando bien y golpeo bien la bola”, estimó Federer tras imponerse a Del Potro el martes en los cuartos de final.

Nadal llegó a Australia con dudas, después de sus problemas físicos de los últimos meses, y en el inicio del torneo se hizo daño en una rodilla, aunque parece ya recuperado y en los cuartos ganó a un rival siempre complicado y combativo como el checo Tomas Berdych.

“Mi nivel de juego en este torneo es muy satisfactorio. Incluso si pierdo (en las semifinales), me iré con una sensación positiva sobre mi manera de jugar y el resultado será ya bueno”, dijo Nadal.

En el aspecto psicológico, el español cuenta con la ventaja de que domina 17-9 sus duelos particulares y especialmente en las finales de torneos del Grand Slam, donde Nadal ganó a Federer en siete ocasiones, de nueve confrontaciones.

Las dos victorias del suizo en una final de un ‘grande’ fueron en Wimbledon, un lugar donde el español ganó en 2008 un partido legendario a cinco sets ante Federer, que es considerado como uno de los mejores encuentros de la historia.

El episodio 27 de los Nadal-Federer está a punto de escribirse, en unas semifinales de Australia que completarán el viernes el serbio Novak Djokovic y el escocés Andy Murray.